La era del posalbertismo

La era del posalbertismo

La situación de Alberto Fernández tras su renuncia a la Jefatura de Gabinete. Los nuevos alineamientos en el kirchnerismo porteño. El fantasma del 2009. Los juegos de Jorge Telerman y Aníbal Ibarra.


Es muy difícil encontrar un dirigente kirchnerista en la Ciudad de Buenos Aires que hoy no haga una mueca de resignación cuando se le pregunte por el 2009. El acelerado desgaste que al Gobierno nacional le provocó la pelea con el campo y la falta de figuras atractivas para las elecciones del año que viene presentan un panorama desolador en un distrito que, además, siempre fue reacio al kirchnerismo. La ecuación que se hace es simple: si en el mejor momento de Néstor Kirchner sus candidatos sólo rascaban 20 puntos, postularse en este momento es lo más parecido a una inmolación. Así se cierra el círculo vicioso: faltan figuras, pero ¿qué figura va a querer hacerse cargo de la mochila? Y si esa pregunta aún no tiene respuesta, hay otra que cuestión que también deberá definirse en el transcurso de los próximos meses: quién, o quiénes manejarán la lapicera a la hora de armar las listas del espacio K.

La partida de Alberto Fernández del Gobierno nacional trajo convulsión a las filas porteñas del kirchnerismo. También confusión. Y alguna certeza: el ex jefe de Gabinete nacional perdió un enorme porcentaje de su poder político. Si en momentos posteriores a su renuncia, Fernández se entusiasmó con las encuestas que reflejaron un crecimiento de su imagen, con el correr de los días quedó claro que, tal como lo adelantamos en este semanario, era solamente una brisa que no alcanzaba ni para remontar un barrilete. Porque ese crecimiento de imagen fue solamente por el efecto despegue de la cascoteada administración K. Para continuar en esa senda, Alberto Fernández habría tenido que profundizar sus diferencias con el matrimonio Kirchner. ¿Era acaso viable ese camino para alguien que fue durante cuatro años y medio el jefe de ministros de la dupla gobernante? Ése era el camino de Cobos, no de Alberto. Esta semana, hubo una nueva muestra de la pérdida del poder del presidente del PJ porteño: de los doce legisladores que conforman el bloque del Frente para la Victoria en la Legislatura, sólo seis fueron a un almuerzo que éste organizó (Diego Kravetz, Silvia La Ruffa, Pablo Failde, Christian Asinelli, Sebastián Gramajo y Alicia Bello). Y de estos seis, una fuente kirchnerista filtró que hubo tres que aclararon luego que habían concurrido solamente "por cortesía".

"A Alberto lo vemos como un barco que de a poco se va perdiendo en la bruma", reflejó, casi poéticamente, un operador K consultado por este medio. Para este dirigente -que prefirió el anonimato para hablar- el salvataje al poder político del ex jefe de Gabinete estaría garantizado solamente con una bendición pública de Néstor Kirchner. "Para mantener el poder, Alberto necesita, al menos, una de estas tres cualidades: ser funcionario nacional, cosa que ya no es; ser candidato, pero no quiere postularse el año que viene; o ser el armador político. Pero para eso último lo tendría que ungir nuevamente Kirchner, cosa que hasta ahora no sucedió", planteó la fuente.

Quienes aún se mantienen fieles a Alberto Fernández, remarcan la reunión que días atrás éste mantuvo con el ex Presidente en Olivos en la que, dicen, "Néstor le dio su apoyo". Claro que también reconocen que el encuentro fue promovido por el mismo ex funcionario para "limar asperezas". La verdad es que todavía no se produjo ninguna señal clara de Kirchner hacia Alberto. La foto conjunta, por ahora, no aparece. Sí, en cambio, se rumorea que hubo un ofrecimiento del Gobierno nacional a Jorge Telerman para una subsecretaría en el Ministerio de Cultura, que el ex jefe porteño rechazó. Recordemos: Telerman siempre tuvo buenos lazos en el Ejecutivo nacional con el sector de Julio de Vido, pero en las últimas elecciones a jefe de Gobierno cualquier tipo de apoyo K terminó siendo bloqueado por Alberto Fernández, que impuso a Daniel Filmus como el candidato oficialista. En esos comicios, Filmus dejó a Telerman fuera del ballottage. Pero como resultado de la división de los votos no macristas, el PRO encontró allanado el camino hacia una fácil victoria. El escenario actual es aún peor para los K: ya no se trata de pelear por el segundo puesto; se trata de evitar una debacle de la que sea imposible volver en 2011. Y es acá donde algunos sostienen que si los números de las encuestas cierran, un pragmático Kirchner podría abrirle a Telerman las puertas del PJ. Igualmente, hoy nada indica que el Pelado esté dispuesto a entrar, al menos sin imponer duras condiciones.

Desde hace tiempo, sectores del PJ de la Capital, encabezados por el Suterh que lidera Víctor Santa María, vienen dando claras señales de acercamiento al ex jefe de Gobierno porteño. Inclusive, hasta podrían ir en alianza con él sin el sello K. Estos grupos ya mantenían con Alberto Fernández diferencias aún cuando éste era funcionario nacional. Hoy se encolumnan en lo que podría denominarse el posalbertismo, es decir, el sector que plantea una renovación de poder. El posalbertismo, además, es un concepto que sirve para definir esta nueva etapa en la que la palabra del presidente del PJ Capital ya no es indiscutible como antes.

Telerman, por ahora, espera y no dice nada. Continúa con su armado plural, con base en el peronismo, que incluye a radicales y socialistas. A diferencia de las elecciones pasadas, es él quien no tiene apuro. Desde su entorno aseguran que quiere ser cabeza de lista de legisladores porteños. Cómo y con quién jugará finalmente dependerá de diversos factores. El escenario ideal para él es que las elecciones en la Ciudad sean desdobladas de las nacionales, ya que es la figura local de peso y no tendría que competir con el arrastre de votos que puedan acarrear las eventuales candidaturas a diputado nacional de Gabriela Michetti (PRO), Elisa Carrió (CC) o Aníbal Ibarra (Diálogo por Buenos Aires).

"La última foto que recuerdo de Telerman con una candidata fue con Carrió", disparó, tajante, la hiperalbartista Sandra Bergenfeld, auditora general de la Ciudad, al ser consultada por Noticias Urbanas sobre las posibilidades de un armado que encabece el ex jefe de Gobierno. La funcionaria, la única de ocho fuentes consultadas que aceptó hablar en on, expresó: "Si en un congreso del PJ define que el candidato sea Telerman, como orgánica que soy, voy a acatar la decisión, pero me gustaría escuchar de su boca que él está compenetrado con la política de Cristina (Fernández)", remarcó la auditora. Hace un mes, el ex jefe porteño se sacó otra foto muy sugerente: con el gobernador de la Provincia de Buenos Aires, Daniel Scioli; el jefe de Gabinete provincial, Alberto Pérez, y Olmos. En esa reunión, que tuvo lugar hace un mes, también participaron el legislador T Alejandro Rabinovich y el ex ministro de Hacienda porteño Sergio Beros.

EL FRENTE LEGISLATIVO

El lugar donde el kirchnerismo porteño expresa mejor una suerte de poder es en la Legislatura porteña, ya que cuenta con un bloque de doce diputados. A ocho de ellos les vencen los mandatos en 2009, lo que genera una ansiedad personal extra: no sería raro que se den corrimientos de espacios políticos cuando se acerque la hora de armar las listas. La conducción del bloque, a cargo de su presidente, Diego Kravetz, y de Juan Manuel Olmos, vicepresidente segundo de la Legislatura, hasta ahora ha logrado retener a todos sus miembros, pese al desorden inicial que generó la renuncia de Alberto Fernández. En cambio, no pudieron evitar que el ala más dura del bloque (Gabriela Cerruti, por ejemplo) reclamara más fiereza a la hora de tratar con el macrismo. Kravetz y Olmos se necesitan mutuamente: Olmos, que además es vicepresidente primero del PJ Capital y mano derecha de Santa María, garantiza la dosis de peronismo que necesita el bloque. Kravetz, a su vez, otorga la pluralidad que el espacio no quiere perder. Por ser los conductores de un foco real de poder, algunos dirigentes pronostican que será la dupla Olmos-Kravetz la que tendrá la lapicera de las listas en 2009. Por ahora, es una hipótesis. Y en su formulación hay que tener en cuenta que ambos legisladores, actualmente, plantean soluciones diferentes: Olmos se juega por Telerman, y Kravetz, en cambio, está históricamente ligado a Alberto Fernández y plantea, por ende, opciones "albertistas", como la de Daniel Filmus, actual senador por la Ciudad y comodín en las dos últimas elecciones porteñas.

Precisamente Filmus, junto al hiperkirchnerista Juan Cabandié y al banquero cooperativista Carlos Heller se reunieron hace días con Néstor K. La presencia de Heller en el encuentro generó un desconcierto en el espacio de Aníbal Ibarra, donde éste reporta junto a Miguel Bonasso. Heller es el candidato en el que hoy piensan los sectores albertistas para encabezar una eventual lista de legisladores porteños.

IBARRA SE CORTA SOLO

Mientras tanto, ¿qué pasa en la cabeza de Aníbal Ibarra, otrora aliado estratégico de Alberto Fernández? "Prima facie, no se vislumbra ningún tipo de alianza con los K", aclaró a Noticias Urbanas un dirigente muy cercano al ex jefe de Gobierno y actual diputado porteño. "Hay legisladores kirchneristas -añadió- que tienen que revalidar sus títulos y algunos ya se están acercando a nuestro espacio, pero la lista de Aníbal contendrá solamente a los que quieran hacer una oposición seria. Como nuestro bloque no tiene que renovar ninguna banca, con sólo repetir la elección anterior lograríamos tener una bancada de diez legisladores. Aníbal, por su parte, no descarta jugar por la diputación nacional. Las estrategias variarán si las elecciones son conjuntas o separadas".

NU: -¿Les molestó que Heller se reuniera con Kirchner?
– No para nada, está todo bien. Lo de Heller con los K es un tubo de ensayo.

Kirchneristas-albertistas por un lado. Posalbertistas-telermanistas, por el otro. Ibarristas, más lejos. El fantasma de la atomización del espacio comúnmente llamado progresista sobrevuela el 2009 y se necesita un manual explicativo para entender lo que allí pasa. Todo está a pedir de Macri. Y de Elisa Carrió. "Antes peleábamos por salir segundos. Ahora por no pasar un papelón, es tristísmo", fue el sinceramiento de un dirigente cercano al ex jefe de Gabinete de la Nación, que, por razones obvias, también solicitó perderse en el anonimato.

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