"No pienso en términos de cómo le fue a Rafael Bielsa -refiriéndose a sí mismo en tercera persona-; yo pienso en términos de cómo le va al país, cómo les va a mis hijos, qué le vamos a dejar a la posteridad. En ese contexto me pareció que lo que el presidente (Néstor Kirchner) me decía es una cuestión de Estado", explicó Rafael Bielsa, quien consiguió en las elecciones del 23 de octubre pasado una banca en el Congreso Nacional, a la que renunció el mismo día que debía asumir, para ser embajador en Francia.
En declaraciones a Radio Del Plata reconoció que vivió "con mucho dolor y mortificación" los cuestionamientos a su decisión vertidos desde la oposición.
Con un tono de drama de novela, Bielsa relató el clima que se vive en su familia: "En esta casa no hay una molécula de felicidad". "No estoy feliz, pero debo hacerlo" -dijo sobre la sorpresiva decisión- agregó: "Éste es un proyecto en el que creo profundamente y milito en él y por ello privilegié los intereses del conjunto. Lo que evaluó el presidente es que Francia es el segundo inversor en la Argentina, sobre todo en servicios públicos, tiene un lugar en el Grupo de los 8, en el Fondo Monetario Internacional y en la Unión Europea, y mandar al ex canciller es privilegiar los intereses con Francia".
MORGADO
El conductor televisivo y número cuatro en la lista de los candidatos del Frente para la Victoria, Claudio Morgado, quien asumirá como diputado en lugar de Rafael Bielsa, rechazó, este miércoles, las críticas contra el ex canciller y estimó que el designado embajador en Francia "defraudaría la voluntad de los porteños que lo votaron si él se fuese a poner un kiosco o se retirara de la política".
"El presidente no está sacando a Bielsa de la función pública, sino que le está dando, incluso, una función de mayor responsabilidad", argumentó Morgado, y advirtió que la gente "tendría que votar" un proyecto político y no "individualidades".