Así como lo había padecido la primera Legislatura a raíz de la Ley de Salud Reproductiva, la tercera camada tuvo su bautismo de fuego el viernes cuando cerca de 50 personas atacaron el palacio parlamentario. Ahora, 72 horas después de los incidentes, los diputados porteños hacen un balance de lo ocurrido.
El legislador kirchnerista Miguel "Pancho" Talento destacó: "No apoyamos de forma alguna los hechos de violencia suscitados, repudiamos los actos de vandalismo por la sanción de una ley". "No estamos de acuerdo con ningún elemento que ayude a la criminalización de la protesta social, ni tampoco la economía informal", agregó.
Por su parte, el presidente del bloque socialista, Roy Cortina, declaró: "Ésta es una de las consecuencias que acarrea el tratamiento de leyes estratégicas como el Código de Convivencia sin una discusión seria y en el marco de la tolerancia que requiere. Si Macri desde la oposición comete este tipo de torpezas, no somos capaces de imaginar el caos para la Ciudad que acarrearían sus caprichos, si algún día nos gobernara", añadió.
En tanto, la diputada porteña Vilma Ripoll (Izquierda Unida) denunció que hubo "un sector de la policía que estuvo durante una hora y pico yendo y viniendo de la Legislatura a un bar, para mí fue montado porque necesitaban justificar hechos que lleven a que la ciudadanía pida represión".
"La sesión nunca pudo organizarse -recalcó el legislador Julio Di Giovanni (Partido de la Ciudad)-. A las 6 de la tarde pudieron ingresar la mayor parte de los diputados que estaban afuera en compañía de la diputada Ripoll y aún así no pudimos sesionar. No se permitió entrar a diputados a la Legislatura. Estamos dispuestos a ampliar el consenso, estamos dispuestos al debate, a que el Código ordene la Ciudad en un ámbito de libertad".
Por otra parte, la delegación gremial de la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE) emitió un comunicado de prensa en el que rechaza las agresiones sufridas por los trabajadores de la casa y señala: "Pensamos que no es la violencia el camino al cambio, éste se producirá si tenemos capacidad de consenso, de unidad y de organización".
Asimismo, el Partido Humanista opinó: "Estos hechos se generan porque la Legislatura está copada por una camarilla que rechaza el diálogo y la discusión y le quita a la ciudadanía su derecho a la participación. Esa precaria mayoría defensora de los intereses de los poderosos cree que tiene la verdad absoluta y rechaza toda posibilidad de consenso, que es esencial para la democracia".
Es parte de la "gimnasia pre-revolucionaria", diagnosticó el legislador macrista Jorge Enríquez, quien reclamó la renuncia del ministro de Justicia, Seguridad y Derechos Humanos de la Nación, Gustavo Beliz, "ya que no puede garantizar la vida y seguridad de las personas como así tampoco la de los bienes públicos y privados".
Un pedido similar hizo su compañero de bancada Martín Borrelli, que destacó: "Hoy lo que se intentó fue copar la Legislatura y anular uno de los poderes del Estado. Esto fue un ataque directo contra la democracia y las instituciones. Los manifestantes actuaron claramente en una zona liberada".
En la misma línea, el vicepresidente de Compromiso para el Cambio, Horacio Rodríguez Larreta, indicó: "Estos hechos tienen un claro y único responsable, el ministro de Seguridad, y un cómplice que se hace el distraído, el jefe de Gobierno de la Ciudad, que con su pasividad le dieron una vez más un día de gloria a los vándalos".
Por otra parte, el senador porteño Rodolfo Terragno afirmó que las declaraciones del jefe de Gabinete de la Nación, Alberto Fernández, "es una confesión de impotencia y desorientación". En este sentido, el vicejefe de Gobierno de la Ciudad, Jorge Telerman, expresó: "Seguramente está tan atareado que quizás se confunda".