Hace aproximadamente un año la Defensoría del Pueblo de la Ciudad de Buenos Aires comenzó a advertir acerca de los efectos tóxicos que causaba la exposición al percloroetileno, un solvente utilizado en muchas tintorerías rápidas, y recomendó su prohibición.
En los considerandos de la resolución de la Defensoría (que lleva el Nº 3768, del 26 de noviembre de 2001) se detallan los efectos toxicológicos del percloroetileno. En esta resolución se establece que "el percloroetileno puede producir serios daños neurológicos en los trabajadores de las tintorerías, vecinos de las mismas y usuarios de las prendas tratadas".
También menciona que provoca cambios en el comportamiento de las personas y que puede dañar el hígado, los riñones, el sistema nervioso central y el corazón.
"A pesar de los bajos niveles de exposición, las funciones del sistema nervioso central pueden ser afectadas por el tetracloroetileno en los sujetos que viven cerca de una lavandería de lavado en seco, si la exposición se produce durante varios años. La exposición al producto no afecta sólo a los trabajadores de las tintorerías sino también a los choferes de los vehículos que transportan las prendas tratadas", aseguró Brailovsky.
Vale la pena destacar que la mayor parte de los estudios toxicológicos se realizaron sobre trabajadores y vecinos de tintorerías del Primer Mundo, donde trabajan con controles mucho mayores de los imaginables en Buenos Aires y a pesar de eso adquieren enfermedades irreversibles. Esta resolución fue enviada tanto a la secretaría de Medio Ambiente y Planeamiento Urbano, como a la de Salud, las cuales, respondieron de diferente manera la solicitud de la Defensoría.
Según el defensor adjunto la respuesta de la Secretaría de Medio Ambiente y Planeamiento Urbano es "absolutamente vergonzosa". "Si tenían alguna duda sobre nuestras afirmaciones, podían pedirnos la bibliografía en la que nos basamos o consultar al investigador de CONICET que nos suministró la información básica o a algún otro organismo científico. En vez de eso, consultaron a un empresario que se ocupa de hacer análisis químicos e hicieron propio su informe. El mismo contestó generalidades tales como que cualquier sustancia, inclusive el agua, puede dañar en altas dosis", reclamó Brailovsky.
"También afirma el mencionado empresario que sólo bajo el efecto de un cuadro alucinatorio o bien la imaginación desatada de un autor de ciencia-ficción se puede suponer que existe algún problema si se ponen tintorerías junto a locales de venta de alimentos. Sería bueno saber por qué en países del Primer Mundo las tintorerías se colocan afuera y no adentro de los supermercados", agregó.
La Secretaría de Salud, por el contrario, se hizo cargo del tema. "Recibimos de Salud una excelente respuesta que evidencia una real preocupación por el daño que el percloroetileno puede causar a las personas sometidas a este tóxico", expresó Brailovsky.
Desde esa Secretaría se promovió la suspensión preventiva del uso del tetracloroetileno y su reemplazo por otras sustancias, hasta tanto se demuestre su inocuidad para la salud humana. Por otra parte se consideró de relevante importancia la intervención de la autoridad laboral de la Ciudad, para que informe acerca de normas y controles efectivos en los ámbitos laborales donde se utiliza el tóxico motivo de estos actuados.
"La situación que estamos describiendo no es excepcional. Es frecuente encontrar mucha mayor preocupación por los daños ambientales fuera de los organismos de medio ambiente que dentro de ellos", aseguró el defensor adjunto porteño. "Para dar un ejemplo adicional en el orden nacional, fueron los Ministerios de Salud y de Trabajo quienes prohibieron una sustancia tan peligrosa como el asbesto, en tanto que la Secretaría de Recursos Naturales no hizo nada para que dicha prohibición se cumpliera", sostuvo.
"Los motivos por los que los organismos de medio ambiente suelen ser menos sensibles a los problemas ambientales que el resto de la gente merecerían una reflexión adicional acerca de la naturaleza de las funciones del Estado y el modo en que se distorsionan en el momento actual. También son una advertencia para nuestra manera de actuar ante esas situaciones", concluyó Brailovsky.