En el anochecer de un día agitado, Ibarra conseguiría los votos para prorrogar la Ley de Emergencia

En el anochecer de un día agitado, Ibarra conseguiría los votos para prorrogar la Ley de Emergencia

Tras una larga serie de febriles negociaciones, que amenazaron con terminar abruptamente en varias ocasiones, la prórroga de la Ley de Emergencia estaba al anochecer casi al alcance de las manos de Aníbal Ibarra. La permeabilidad de los diputados del Interbloque Porteño a las razones del oficialismo desniveló una balanza que por momentos parecía que iba a ser desfavorable para el jefe de Gobierno porteño


En la tarde de este miércoles, posiblemente varios corazones oficialistas hayan estado a punto de colapsar. Mañana se votará en la Legislatura porteña la prórroga de la crucial Ley de Emergencia, que a Ibarra le es casi imprescindible para ordenar una gestión que en el año 2002 perdió calidad, más por vacilaciones propias que por una crisis que excede el territorio porteño.

En ese contexto, varias veces en el transcurso de la tarde los negociadores del oficialismo dieron por perdida la pelea y en varias ocasiones les volvió el alma al cuerpo al sentir que la recuperación volvía a ser posible,

En medio de tan cambiante panorama, cuando las sombras de la noche se acercaban, quedaba claro que los votos que llevarían los vientos hacia las velas de las naves ibarristas serían, finalmente, los cinco del Interbloque Porteño.

"No queremos hacernos eco de algunos que quieren aprovechar esta situación para provocarle al gobierno de Ibarra un desgaste tal que lo deje sin posibilidades de reaccionar", le manifestó a NOTICIAS URBANAS el diputado del Interbloque Porteño Jorge Mercado.

Mientras tanto, el bloque peronista se mostraba reacio a toda negociación posible, alegando que en el transcurso del año Ibarra debería haber ordenado los remezones de la crisis que en diciembre arrasó con el gobierno de la Alianza. Tan impermeables se mostraban los peronistas a las razones del oficialismo que un diputado de este sector graficaba: "se pintaron la cara", decía.

Finalmente, tras una larga serie de reuniones, a las 21 se encontraban reunidos los diputados del Interbloque Porteño Jorge Giorno, Jorge Mercado y Ricardo Busacca con las primeras espadas legislativas del oficialismo, Marcelo Vensentini y Laura Moresi, en el despacho de Vensentini.

Las condiciones que intentaban imponer al oficialismo los miembros del Interbloque eran dos, principalmente: en primer lugar, que el Presupuesto del 2003 sea enviado a la Legislatura en tiempo y forma, junto con la rendición de gastos del 2002 y, en segundo lugar, que se establezca un mecanismo de contratación directa, combinado con un adecuado mecanismo de control, para dotarlo de la transparencia necesaria.

Ninguna de estas condiciones parecían ser inaceptables para el oficialismo, por lo que el éxito parecía estar al alcance de las manos de Aníbal Ibarra.

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