El malestar crece en silencio. Los máximos líderes de la Policía Federal están en un virtual estado de alerta frente a los posibles cambios que el Presidente Néstor Kirchner piensa realizar en la cúpula de la misma. "El ministro de Justicia, Gustavo Beliz se equivocó en la elección de los hombres y ahora todos pagamos sus errores", se confesó ante NOTICIAS URBANAS, un importante comisario de la fuerza.
Por la mañana de este lunes los azules esperaban con ansiedad el anuncio que, a la tarde, iba a realizar el Primer Mandatario sobre el nuevo Plan de Seguridad nacional y que afectará a la fuerza. Es más, varios de sus integrantes creen que el jefe de la Federal, Héctor Prados, no terminará bien el día. "El jefe actual nunca tuvo ascendencia dentro de la Policía y eso se nota. Está en ese lugar por su buena relación con Beliz", reitera el uniformado cuando se le pregunta por la situación actual del hombre máximo de la institución.
La caída en desgracia de varios policías debido a sus conexiones con la banda de secuestradores que asesinó al joven Axel Blumberg provocó un fuerte cimbronazo en el viejo edificio de la calle Moreno. Sin embargo, los uniformados creen que están en el ojo de la tormenta por una interna con los integrantes de la Secretaría de Inteligencia del Estado (SIDE).
La semana pasada perdió su puesto el influyente jefe de la Superintendencia de Investigaciones, Jorge "El Fino" Palacios, el verdadero hombre fuerte de la fuerza, quien habría sido uno de los que más conspiraron para que el ex jefe de la misma Roberto Giacomino dejara su cargo. "Cuando Giacomino cayó, el nombre de Palacios sonó muy fuerte para la jefatura. Su buena relación con Beliz le hizo creer a todo el mundo que sería el nuevo mandamás, sin embargo, Prados llegó a la cúpula y Palacios se convirtió el jefe en la sombra. Pero lo que no calcularon Prados y Palacios es la respuesta de un sector de la fuerza que sigue respondiendo a Giacomino y que los consideraba traidores", se sinceró ante NOTICIAS URBANAS un comisario de Seguridad Interior.
La debacle no sólo se consolidó con la salida de Palacios, sino que el poderoso jefe de la División de Antisecuestros, Juan Schettino, fue detenido y su reemplazante, René Derecho, un hombre cercano al Secretario de Seguridad, Norberto Quantín, también fue objetado por organizaciones de derechos humanos.
El presidente tuvo una charla, la semana pasada, muy dura con Beliz, en donde le objetó el manejo de la fuerza. Es más, criticó a los hombres que el ministro había cobijado bajo su ala y pidió los legajos de más de cien comisarios para analizarlos nuevamente. La tarea la había llevado a cabo el ministro a fin de año. En la fuerza Beliz no es muy querido, es más, los policías creen que echó a Giacomino y puso un hombre de su confianza, Jorge Srur, para manejar la caja de la fuerza. "Quiere hacer política con la plata de la Federal", protestaron los azules cuando se enteraron que Srur (alter ego del ministro) fue designado para controlar los gastos de la fuerza. La medida fue tomada como una declaración de guerra por los Federales.
La salida de Giacomino dejo a varios hombres en disponibilidad, ya que se los consideraba cercanos al ex jefe, quien se fue jurando venganza contra Beliz y Palacios. Los conocedores de la interna aseguran que quienes desempolvaron las viejas grabaciones que provocaron la caída de Palacios no serían otros que los laderos del ex jefe de la custodia de Carlos Ruckauf.
La detención del subcomisario -luego liberado- de la comisaría 23, Diego Gravinia, por su involucramiento en la causa Blumberg tiene otra lectura. La comisaría 23 es comandada por el comisario Carlos Pedacé, ex jefe de la custodia del presidente Eduardo Duhalde y del mismo Kirchner. El policía tuvo que dejar su puesto porque dijo públicamente que el santacruceño era difícil de cuidar. Desde ese momento se ganó el odio del kirchnerismo, quien siempre lo consideró un duhaldista entrometido en la Casa Rosada.
Los pingüinos pusieron la lupa en esa seccional y creen que Pedacé debe dar un paso al costado. Las implicancias del caso Blumberg llegarían a otro oficial de esa dependencia, de apellido Villamayor, quien sería un estrecho colaborador del ex jefe de la custodia presidencial.
La interna se complementa con el nombre del enigmático jefe de Asuntos Internos, Antonio Colella. Para el comisario consultado por NOTICIAS URBANAS este policía es actualmente uno de los hombres con mayor predicamento dentro de la fuerza. "Muchos Federales creen que Colella fue fundamental en la caída de Palacios, otros culpan a la SIDE, porque Palacios quería que la Policía tuviera un papel protagónico en el tema de los secuestros. Sin embargo, lo único claro es que la Policía está en una especie de huelga de brazos caídos y viviendo una interna que no existía desde la época de Rubén Santos (ex jefe de la Federal en la época de la Alianza)."
Con el clima interno enrarecido, con un jefe poco respetado por sus subalternos, "los federicos" esperaban con intranquilidad los anuncios del Gobierno Nacional. "Puede pasar cualquier cosa. Una purga, un nuevo escalafón, un nuevo jefe, esperamos lo peor", le aseguró a NOTICIAS URBANAS un comisario retirado con llegada a sus ex camaradas de armas.