El jefe de gobierno porteño, Aníbal Ibarra, salió a aclarar este martes el alcance de sus dichos en relación al referéndum de revocatoria de mandato y adelantó que a pesar de que se trata de un mecanismo "de difícil aplicación", lo llevará adelante y continuará reuniendo las firmas necesarias.
Ibarra aclaró que "el plebiscito se hace; superamos las 100 mil firmas, lo cual es un número muy importante, y estoy convencido de que vamos a llegar a las 530 mil. Lo que yo digo es que éste es un sistema de difícil aplicación", apuntó.
Aseguró también que se reúne casi todos los días con los familiares de las víctimas:"Son reuniones muy necesarias para mí, pero no las difundo por una cuestión de principios y de ética", reveló.
Más temprano en la mañana, en diálogo con Radio Mitre, Ibarra había admitido que "si uno toma en cuenta la cantidad de firmas que hay que juntar de un padrón más la cantidad de votos que hay que sacar para legalmente revocar el mandato de alguien es imposible que se aplique".
"Esto es una definición y una confesión", arrancó, durante la entrevista, el jefe de la Ciudad, al entender que el sistema constitucional de revocatoria de mandatos fue elaborado "para que no se aplique". Al hacer esa manifestación, Ibarra recordó que él, en 1996, fue parte del cuerpo de convencionales que redactó la Constitución porteña y, por ende, esa regulación.
Luego dijo sentirse "respaldado institucionalmente" por el presidente Néstor Kirchner. Ratificó que hasta el momento se juntaron, "con un esfuerzo fenomenal", más de 100.000 firmas para convocar el referéndum, propuesto por el funcionario cuando la oposición le reclamaba su renuncia, a causa del desastre en el boliche del Once que mató a 193 personas.
En ese aspecto, puntualizó: "Nos faltan 400.000 [firmas], estamos con mucho esfuerzo, con gente en la calle, con organizaciones sociales que están trabajando mucho, y hay ya una circulación de firmas muy grande, con lo cual vamos a seguir avanzando"
Ibarra comentó que generalmente vota en la Ciudad de Buenos Aires "el 60 por ciento del padrón electoral", por lo que apuntó que para que se decida el revocamiento de su mandato "debería tener entre 1,3 y 1,4 millones de votos en contra, lo cual es muy difícil".
"Es un sistema de muy difícil aplicación", insistió el jefe de Gobierno.
En otro orden, volvió a despegar la responsabilidad de su administración en el desastre ocurrido el 30 de diciembre del año pasado en Cromañón.
"Insisto, frente a una bengala y a un candado, podría haber habido un inspector el 7 de julio, el 20 de septiembre, el 4 de marzo, y hubiese pasado lo mismo", destacó.
Volvió a recordar que en noviembre de 2003, echó a todos los inspectores y los pasó a disponibilidad, pero que frente a un hecho en el que murieron 193, puede decir que su política fracasó.
Consultado sobre la actitud de familiares de las víctimas durante la apertura de sesiones de la Legislatura, donde le dieron la espalda mientras él realizaba su discurso, dijo: "Yo entiendo lo de los padres porque están en el peor lugar".
"Ahora…también yo me encuentro todos los días…ayer estuve con una familia que perdió un hijo de 20 años, me he encontrado con unos 70 u 80 familiares, y son reuniones con dolor porque cuentan la historia de cada uno de ellos, son reuniones muy respetuosas", finalizó.