Aníbal Ibarra se propone conducir el Frente Grande a nivel nacional, pero todavía no logra sumar a sus propósitos a lo que queda del bloque frepasista de la Legislatura porteña.
Ayer Ibarra firmó junto a dirigentes de diferentes distritos del país que integran la mesa federal del FG una convocatoria para reunirse en Buenos Aires a decidir el rumbo que tomará la fuerza.
Simultáneamente a la emisión de ese documento, en la Legislatura de la ciudad, el titular de la bancada frepasista Ariel Schifrin recibía junto a Vilma Ibarra los cuestionamientos del bloque que se resiten a pararse en un pie de igualdad con los belicistas recién llegados de FORJA 2001 y los que emigraron a otras fuerzas.
Schifrin y Vilma esperaban aplausos y felicitaciones. Ella por su consagración como senadora en segundo lugar por la mayoría y él por oficiar de su jefe de campaña, pero los cinco restantes miembros de la bancada le dispararon con un arsenal de críticas.
Se oponen a la idea de unirse en un interbloque con los cuatro diputados del Ari, los dos ex belicistas que hicieron bancada aparte y algunos peronistas sueltos -del denominado barrio chino- que mantienen comunión de intereses con el gobierno porteño.
Quieren priorizar en cambio la conformación de la Alianza y no desairar a sus socios radicales, como interpretan que pasará con los planes de Schifrin y Vilma.
De todos modos, el lunes por la tarde fue la bancada Ari, que comanda Raúl Puy la que le negó a Schifrin la posibilidad de conformar un interbloque. Este a su vez mantiene una dura disputa con Alfredo Bravo en el seno de su partido, que podría derivar en darles las hurras al ARI en la capital y recomponer -cerca de Ibarra- el PSD del distrito.
La pelea se funda en que el titular del bloque Frepaso quiere empatar en número con la bancada radical que tendrá en diciembre 15 legisladores contra 6 que le quedarán con Schifrin, para tener juego en la resolución de leyes. De otra manera, la UCR llevará la primacía en las determinaciones.
El fantasma, cada vez más cerca de la unificación de un único bloque peronista, desvela a los principales operadores de Ibarra, que se imaginan al suyo como el tercer bloque a partir de diciembre tras los justicialistas y radicales.
La otra piedra del conflicto entre frepasistas y radicales es la sospecha que tiene la mayoría del bloque Alianza sobre un presunto acuerdo para que el ex belicista Enrique Rodriguez pase a integrar el gobierno porteño, por caso la secretaría de Salud, ocupando una silla que pertenece al radicalismo en los pactos previos de la coalición.