La tribuna popular del recinto estaba colmada por militantes de la Central de Trabajadores Argentinos (CTA), columna vertebral del Frente Nacional Contra la Pobreza. Este promueve una consulta popular para el 13, 14 y 15 de diciembre próximo por un seguro de desmplero y formación para jefes y jefas de hogares desocupados, una asignación universal por cada hijo menor de 18 años y otra para personas en edad jubilatoria que no tengan cobertura previsional.
El proyecto del diputado Ariel Shifrin (Frepaso) obtuvo despacho de la Comisión de Desarrollo Económico y contiene un anexo elaborado por la CTA, en dónde se explica las necesidades y alternativas de financiamiento de la propuesta que asciende a 11.743 millones de pesos. Los conceptos de dicho financiamiento provienen del incremento de recaudación por expansión del consumo, la restitución de aportes, la reasignación de planes sociales, la presión sobre consumo superior y la eliminación de exenciones en ganacias.
El diputado Shifrin estaba preparado para su gran día y la hinchada ceteísta lo vitoreaba en cada pausa de su encendido discurso que, a la vez, era matizado con volantedas del piso superior desde dónde llegaban las papeletas que se usarán por el sí o por el no en la consulta popular. A medida que avanzaba en su exposición algunas caras de la oposición empezaban a presagiar lo que vendría minutos después.
El presidente del FreJu, Eduardo Valdés, prendió la mecha acusando al oficialismo de "incoherentes", ya que mientras "traban todos los proyectos de subsidios que están cajoneados en la Legislatura, ahora salen con esta declaración que no es más que una expresión de buenas intenciones". Tras cartón propuso que en una sesión especial anterior a la consulta- que podría realizarse el martes 4 de diciembre- se traten efectivamente todos los proyectos de subsidios y asistencia social, lo que provocó casi un desmayo en los responsables de custodiar las arcas del gobierno aliancista.
Vilma Ripoll quiso darle "carácter vinculante" a la consulta pero rápidsa de reflejos la neoaliancista republicana Marta Oyhanarte le recordó que era inconstitucional. A esa altura la barra del CTA que había ido a alentar a Shifrin y a Vilma Ibarra se vió desconcertada ya que, mientras la propuesta aliancista era al decir de la oposición "puro chamuyo para un actito", el peronismo y la izquierda impulsaban pasar de los dichos a los hechos, lo que definió Valdés con las palabras de Perón de "mejor que decir es hacer". La confusión los silenció.
Luego vino el show de Crespo Campos que se comió la cancha (y los silbidos) tomándolo de punto a Shifrin al que propuso "como reemplazante de Pesce, Hecker y Neri a la vez, ya que por lo visto tiene las soluciones para todos los problemas de la ciudad, del país y del Mercosur" ironizó el ucedeísta. El eje de su discurso fue que "Shifrin hizo este proyecto para que no pase nada" dando a entender que "engañaba a la gente" ya que la declaración era inútil. De cualquier modo, cuando terminó de "gastarlo" al jefe del oficialismo, puso en blanco sobre negro su posición ideológica por la que adelantó su voto negativo.
Vilma Ibara le contestó con altura y trató de encaminar la discusión, algo que logró a medias, pero dejó claro que la intención de la Alianza era apoyar la instalación del debate acerca de las propuestas del Frente Nacional Contra la Pobreza, pero no aplicar en el distrito ninguna medida por ahora. El compromiso asumido en el debate ante la propuesta del peronismo de tratar los proyectos dormidos en sesión especial, seguramente será objeto de negociaciones calientes durante los próximos días.
En resumen, la CTA se fue con un sabor agridulce por una declaración aprobada casi en el ridículo y a la Alianza, que había calentado la pava, le birlaron el mate.
