Un mes, treinta días, muchas horas y muchos más minutos. El tiempo es clave. Ya lo decía un tal Frederick Taylor, un gran jugador de tenis que además de darle a la bola, inventó la forma de exprimir y alienar a los trabajadores fabriles. Eficiencia, prometía, como Mauricio Macri. Quizá motivado en un concepto de William Blake que decía algo como ?quien desea y no actúa, crea pestilencia?, el empresario no quiere feos, malos ni sucios a su alrededor, y no perdió el tiempo. El anuncio es certero y contundente cuando todos tienen la cabeza en otro lado, lejos de la Ciudad. En menos tiempo del que seguramente se toma para cambiarse la ropa, Mauricio Macri informó en conferencia que intervenía la ObSBA, y luego se puso de pie y se marchó. No questions. Sin responder preguntas, sin otra versión que no fuese la suya.
Con la declaración de guerra al sindicato de trabajadores públicos de la Ciudad, el hijo de Franco inició su gestión. Apoyado por un sector dispuesto a desregular los aportes y la cobertura médica, y cuestionado por no renovar el contrato a más de 2 mil empleados municipales. Consultados por Noticias Urbanas, diferentes especialistas políticos analizan su primer mes al mando de la Jefatura porteña.
?Creo que Macri entiende de una forma muy reaccionaria de que se trata el problema del poder en la Ciudad?, señala el ensayista y periodista Alejandro Horowicz, entre otras cosas autor de ?Los cuatro peronismos? y los dos tomos de ?El país que estalló?. ?Hasta este momento, los distintos gobiernos compartían poder con las direcciones sindicales, en particular con las municipales. Macri intenta poner fin a esta situación estableciendo un nuevo escenario donde las direcciones sindicales, al igual que las empresas, no tienen voz ni voto. Está tratando de hacerse cargo de la suma del poder del gobierno de la Capital. Esto lleva a un enfrenamiento, y del resultado de ese enfrentamiento se sabrá si Macri consigue todo el poder, o es un gobernante inocuo, neutralizado por el poder sindical?, agregó.
Por su parte, Fabián Perechodnik, de la consultora Poliarquía, sostiene que el ex presidente de Boca, desde su asunción, ?marcó la agenda política de la Ciudad y de la Nación, ante el repliegue de los funcionarios nacionales?. ?En casi un mes logró centralizar la agenda mediática y se posicionó como un jugador fuerte, con liderazgo y capacidad de marcar ritmos, aprovechando el impulso inicial de los primeros cien días de gestión, algo que es de manual?, añadió.
Para Luis Rosales, ex asesor de Fernando de la Rúa cuando era jefe de Gobierno, consultor en marketing y socio de Dick Morris, con quien escribió ?El poder?, Macri, dice, ?no bajó con el paquete entero?. ?La Ciudad asistió a un cambio de régimen cuando lo votó, porque los gobiernos antecesores tenían una continuidad. Uno podría haber esperado con tanto trabajo en la oposición, de comisión, de equipos técnicos, que desembarcara con un aluvión de decretos, de soluciones, de cambios profundos. Se está asentando como gobernante, dando los primeros pasos para ver como responde el electorado porteño y el entorno político?, dice.
EL ACUERDO: LOSERS Y GANADORES
Tras el pataleo y un acto con la presencia de la CGT y su titular, Hugo Moyano, Sutecba y el gobierno porteño alcanzaron un acuerdo en lo que refiere a los más de 2 mil empleados cesanteados.
Para Horowicz, la lectura política de la paz relativa significa, para Macri, ?una derrota parcial?. ?El acuerdo es el espacio del nuevo debate. Los sindicatos están dispuestos a perder en algún punto, pero no quieren desaparecer del mapa, y lo que están viendo es que en las fuerzas del macrismo hay fisuras, discusiones, y están trabajando en esa línea. No necesitan más que prolongar el debate y que la discusión con Macri se extienda en el tiempo?.
Para Perechodnik, la situación es exacta, pero al revés. ?El acuerdo deja bien parado a Macri. El cumplió con su promesa de campaña y de paso, aprovecha para disminuir el impacto público por el aumento del ABL. Además, hay sensación de equipo. La vicejefa, Michetti, tiene una participación importante en las declaraciones mediáticas, mientras que después de la campaña, otros vicejefes se diluyen?.
Ni ganadores ni perdedores, para Rosales las jugadas de Macri son parte de una estrategia: mostró algunos caninos, falta la dentadura completa. ?Para él es simbólico plantarse, ponerse en una posición de reacciones adversas y no ceder demasiado. Eso pasó con el acuerdo. Es el criterio que han seguido todos los gobernantes del mundo del mismo signo que Macri y que pasaron a la historia como reformadores, léase Reagan o Thatcher?.
Macri cumplió un mes a cargo del Ejecutivo. Según los manuales, quedan dos para las decisiones con viento a favor, después será todo para ese monstruo llamado opinión pública que se sabe, va para donde más conviene. El affaire Sutecba opacó la crítica por la suba del ABL, y la oposición se está reacomodando. Por ahora hay calma, pero puede venir el temporal.