Nuevamente, los trabajadores de Metrovías le hicieron sentir al jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, Aníbal Ibarra, su repudio por haber vetado éste la Ley 871 que reducía la jornada laboral. Al "escrache" que soportó el presidente del Frente Grande el sábado pasado, en la conformación del Consejo del Plan de Presupuesto Participativo, se le sumó este miércoles una movilización desde el Obelisco hasta la puerta de la Jefatura de Gobierno.
La protesta, que comienzo a las 11:30 en la avenida 9 de Julio y Corrientes y culminó en la Legislatura, fue acompañada por algunos legisladores porteños, como Beatriz Baltroc (ARI) y Vilma Ripoll (Izquierda Unida). Antes de llegar al parlamento local, los manifestantes pasaron por la sede del Poder Ejecutivo, donde los esperaba una nutrida columna de policías. Allí se acordaron tanto de Benito Roggio como de Ibarra.
Mientras que el Partido Obrero considera que "en materia de sometimiento a los que se chupan el presupuesto porteño, Ibarra ha dejado chico a Carlos Grosso, y probablemente termine igual que él"; Baltroc afirmó que el jefe de Gobierno de la Ciudad "es más sensible a los intereses de la Empresa de los Roggio que a la salud de los trabajadores y pasajeros" y que "sus medidas también son insalubres".
La denuncia pública de los trabajadores de Metrovías acerca de que en el subterráneo había altos los niveles de ruido, baja intensidad y calidad lumínica, excesiva carga térmica, ventilación inapropiada, agentes microparticulados, radiaciones electromagnéticas, filtraciones de humedad, líquidos cloacales y químicos cancerígenos como el asbesto, suscitó entre los legisladores porteños una rápida reacción.
Inmediatamente, a los proyectos presentados meses atrás por los diputados Raúl Puy (ARI) y Jorge Altamira (Partido Obrero), -que pedían que se redujera la jornada laboral "bajo tierra" a seis horas diarias y a treinta y seis semanales-, se le sumaron otros cinco, que incluían todo tipo de argumentaciones y principios legales.
Finalmente, se aprobó en la Legislatura un despacho de la Comisión que , que se ampara en las "condiciones insalubres" para reducir la jornada laboral de ocho a seis horas. Luego, Ibarra vetó la Ley 871, en tanto que, a través de otro decreto, autorizó a Subterráneos de Buenos Aires (SBASE) a renegociar los contratos de obra, que tienen, entre otros, el Grupo Benito Roggio e Hijos S.A., concesionario de Metrovías.
La polémica fue tan exasperada por estos días, que incluso los trabajadores perjudicados y algunos legisladores plantearon sus sospechas sobre la presunta existencia de una contribución monetaria hacia Ibarra, por parte de la empresa contratista.
