A pesar de que los colaboradores del secretario de Medio Ambiente y Planeamiento Urbano, Eduardo Epszteyn, aseguran que la elaboración de los pliegos para la licitación de la recolección de los residuos urbanos se encuentra en su fase final, las excesivas demoras que éstos vienen sufriendo se empeñan en desmentir tanto optimismo.
El primer problema que aparece reside en el misterio. Ninguno que no sea un estrecho colaborador de Epszteyn o de su antecedor, Eduardo Ricciuti, conoce más que aspectos parciales de la futura licitación.
El segundo problema -que no por ser el segundo es el menos importante- es la morosidad en resolver un problema que, al no ser resuelto no para de crecer.
Tanta histeria para persistir en la mantención del secreto es incomprensible si tenemos en cuenta que una licitación es un acto público. Además, en este caso puntual, es necesario discutir con la comunidad y con las ONG’s ambientales una serie de cuestiones, como la educación ambiental y la elaboración de una política de separación de los residuos en origen.
Si se toma en cuenta además que el plazo para que las empresas cumplan con las exigencias de los pliegos no puede ser menor a ocho meses, que a contar de la fecha se cumplen a mediados de marzo de 2003, es posible que, tal como publicó NOTICIAS URBANAS el 24 de junio, los contratos con CLIBA, SOLURBAN, AEBA y ECOHÁBITAT podrían ser prorrogados por otro año.
UN POCO DE HISTORIA
El 20 de junio de 2001, un cronista de este medio le efectuó una entrevista telefónica al que por entonces era el subsecretario de Medio Ambiente, Eduardo Ricciuti. Éste estaba al frente de una comisión que había formado el secretario de Medio Ambiente en aquel tiempo, Norberto La Porta, que tenía como objeto elaborar los pliegos de la licitación para la recolección de residuos.
Ricciuti contestó con amabilidad todas las preguntas que se le hicieron y le manifestó al periodista -siempre inquisitivo- que en un plazo no mayor a un mes el pliego estaría listo y que entonces volverían a encontrarse para dar a conocer más detalles sobre el tema.
Cuando el plazo se cumplió, el cronista intentó comunicarse nuevamente con el funcionario, sin éxito. Los intentos de diferentes redactores de este medio para entrevistar a Ricciuti no cesaron, incluso cuando éste fue ascendido a secretario en reemplazo de La Porta, siempre con el mismo resultado. Finalmente, el funcionario nunca volvió a ser entrevistado por NOTICIAS URBANAS.