Ricardo Busacca, legislador del Partido Popular Cristiano, presentó un proyecto de declaración en el parlamento porteño con el objetivo de que este cuerpo sugiera a la Secretaría de Salud local realizar un censo de "embriones no implantados, ovocitos prenucleados" existentes en la Ciudad.
Según el propio autor de la iniciativa, el objetivo del proyecto es "otorgar, de alguna manera, una tutela jurídica a todos los embriones y ovocitos prenucleados que se encuentren en la Ciudad para evitar su manejo abusivo y proceder a su individualización".
NOTICIAS URBANAS tuvo acceso a los argumentos del proyecto. En ellos, Busacca expone que en nuestro régimen legal, "todo individuo es considerado persona susceptible de adquirir derechos y contraer obligaciones desde la concepción dentro o fuera del seno materno. "En consecuencia -aduce el diputado en su propuesta-, el ser humano, para nuestro derecho, debe ser jurídicamente tutelado desde su concepción, dentro o fuera del seno materno, y protegido en sus derechos fundamentales: la vida, la integridad física y psíquica".
"El objeto de ésta declaración es otorgar, de alguna manera, una tutela jurídica a todos los embriones y ovocitos prenucleados que se encuentren en el ámbito de la ciudad para evitar, de algún modo su manejo abusivo", afirmó el legislador, que además, explicó que la mayor parte de las leyes existentes no pone límites al número de embriones que se pueden producir en una fecundación in vitro. "Por lo tanto -declaró- la situación más común es que se tenga una gran cantidad de embriones congelados que son los denominados embriones supernumerarios".
"Desde nuestro punto de vista -continuó Busacca- se debe reconocer la auténtica humanidad del embrión, aunque todavía no se vea plenamente desplegada su personalidad. Por esto, la obtención con técnicas artificiales de un embarazo a término no justifica ni la formación de un número excesivo de embriones ni su reducción mediante el aborto cuando se hayan implantado en número demasiado grande ni la previa selección eugenética ni su congelación".
Sin embargo, pese a estar en contra de las técnicas de crio-conservación, el diputado cristiano consideró que, ante esta situación, lo mejor sería llevar un registro de los embriones congelados para controlar los actos de disposición que se pudieran ejercer sobre ellos.
EMBRIONES DE MÁS
En el mundo, los embriones supernumerarios se congelan con el objeto de ser transferidos al seno materno ante el fracaso de la primera tentativa o de su postergación. Otras veces son congelados en espera de poder transferirlos a una madre sustituta, que llevará a término el embarazo por encargo de una pareja extraña, o bien para dar tiempo de realizar exámenes genéticos sobre algunas células embrionales o para ser usados en experimentos u otros fines instrumentales.
Las técnicas de crio-conservación fueron elaboradas en los primeros años 70 con animales y sólo en la década siguiente se aplicaron al hombre. Hasta entonces, los embriones no transferidos se destruían o empleaban en investigaciones. "Sin embargo, estas técnicas implican aún hoy un notable riesgo para la integridad y la supervivencia de los embriones, ya que la mayoría de ellos muere o sufre daños irreparables, tanto en la fase de congelación como en la de descongelación. Además de estos efectos inmediatos, recientes estudios realizados sobre animales han mostrado, en adultos provenientes de embriones congelados, diferencias significativas en aspectos morfo-funcionales y del comportamiento", aseguró Busacca.
La ley alemana prohíbe la extracción de más ovocitos de los necesarios, así como la fecundación de más de tres de ellos cada vez. Los ovocitos fecundados deben ser transferidos a la madre genética a fin de evitar tener que congelar a los embriones. Esto último sólo se admite cuando es absolutamente necesario diferir la transferencia a la madre.