La reunión que se produjo el martes entre "Lilita" Carrió y la Mesa Nacional del Partido Socialista dejó como saldo una relación que seguirá siendo fríamente profesional, alejada de la de aquellos días fundacionales en los que el camino lucía alfombrado de rosas.
Los socialistas llegaron -casi desde la entrada del departamento de "Lilita", donde se realizó el encuentro- con una amarga queja a flor de labios: son los únicos que no se enteran de los movimientos políticos que se gestan en las cercanías de la chaqueña. Pretendían, además, establecer un mecanismo por medio del cual sus cuadros técnicos se incorporen al trabajo de elaborar una propuesta electoral.
Si bien tanto la legisladora como los dirigentes que la acompañaron -la diputada Elsa "Tata" Quirós, el ex vicegobernador bonaerense Rafael "Balito" Romá y el legendario secretario general del gremio metalúrgico de Villa Constitución Alberto Piccinini- reconocieron algunos chiporroteos en la comunicación, contestaron que el recién formado Partido del ARI (PARI) necesita encontrar su identidad tanto como los propios socialistas.
En este contexto, reconocieron, se dan este tipo de desprolijidades que, contraatacaron, también cometen los socialistas populares y democráticos, que recientemente abandonaron el Interbloque de diputados nacionales para formar su propia bancada. Esta actitud de los herederos de Juan B. Justo de priorizar la reconstrucción de su partido, a 44 años de haberse dividido, molestó profundamente a la titular del ARI, que necesita -para los últimos días de marzo- de todos para dar "la pelea del siglo".
El otro tema de la conversación tuvo que ver con el panorama porteño. Estaría definido que el candidato a jefe de Gobierno que presentará el PARI en la Ciudad de Buenos Aires será Eduardo Jozami. Pero los socialistas democráticos tienen otros planes. La aspiración de su candidato porteño es la de ser cola de león -más que cabeza de ratón-, por lo que Norberto La Porta estaría negociando con Aníbal Ibarra su incorporación en el segundo lugar en la fórmula gubernamental.
Si esto ocurriera -lo mismo, los socialistas apoyarían a Carrió en la elección nacional-, se vería limitadas las chances del ARI de lograr un resultado favorable en la Capital. Esta diáspora beneficiaría a Ibarra o al candidato de la derecha que mejor mida, que para esos tiempos posiblemente sería Daniel Scioli.
Finalmente, si bien no estuvieron ausentes algunas estocadas, primó la moderación y todos quedaron en seguir conversando, concientes de que el panorama tenderá a aclararse en los próximos meses y que, si bien los acuerdos esperados no están cercanos, no parece ser la ruptura el camino que ambos sectores necesitan para crecer.