Con la consigna "Abajo el veto de Roggio e Ibarra", los empleados de Metrovías -la concesionaria de la red de subterráneos porteños- marcharán este jueves 10 a la Legislatura de la Ciudad, donde los diputados locales tratarán nuevamente el proyecto que propone la reducción de la jornada de trabajo de ocho a seis horas para todos los trabajadores de esa actividad.
La reducción de la jornada laboral para los trabajadores de los subtes fue aprobada en la Legislatura de la Ciudad, pero posteriormente el Jefe de Gobierno porteño, Aníbal Ibarra, vetó la Ley 871, dejando sin efecto la medida.
Junto a los trabajadores de Metrovías se movilizarán militantes del Partido Obrero de Capital. La marcha comenzará a las 12 del mediodía, y los manifestantes partirán desde el Obelisco, en Corrientes y Nueve de julio, hasta la Legislatura de Perú 130.
El argumento de los legisladores porteños para aprobar el despacho de Comisión original se basó en las "condiciones insalubres" bajo las cuales trabajan los empleados de Metrovías. Sin embargo, el decreto por el cual Aníbal Ibarra vetó la norma sostiene en sus fundamentos que la insalubridad debe dictaminarla un órgano administrativo que evalúe la situación en base a estudios técnicos y no la Legislatura, a partir de una especulación ocular.
No obstante eso, Ibarra autorizó por medio de otro decreto a Subterráneos de Buenos Aires (SBASE) a renegociar los contratos de obra que tiene, entre otros, el Grupo Benito Roggio e Hijos S.A, concesionario además de Metrovías.
"Dicen que no está demostrado que el trabajo en el subte sea insalubre. ¿Por qué no bajan a los túneles todos los días por ocho horas?", dispararon los trabajadores, y añadieron: "en verano las temperaturas suben por encima de los 40 grados, y nosotros trabajamos ocho horas con luz artificial, con grafitos en el aire, con ruidos que provocan sorderas, entre otras condiciones que atentan no sólo contra la salud de los trabajadores, sino también de los pasajeros".
Fuentes del Partido Obrero de Capital, que marcharán mañana junto a los empleados de los subtes, afirmaron que éstos últimos deben ser apoyados por los ciudadanos porteños porque "la reducción de la jornada de trabajo no es sólo un logro en defensa de la salud de los obreros, sino también un golpe a la desocupación. La puesta en marcha de las seis horas implica tomar 800 nuevos trabajadores para mantener los mismos servicios", señalaron.
Por último, fuentes parlamentarias informaron que, de llevarse a cabo la sesión de mañana, todavía falta mucho para completar los 40 votos necesitarios para insistir con la ley, ya que muchos legisladores no apoyan la medida.