Lesbegueris sobre el caso Demonty: "No fue un hecho aislado"

Lesbegueris sobre el caso Demonty: "No fue un hecho aislado"

Mientras se multiplican las denuncias en medios periodísticos contra efectivos de la Policía Federal, el ombusdman adjunto de la Ciudad de Buenos Aires, Gustavo Lesbegueris, se mostró preocupado por las amenazas que recibieron los testigos del caso Demonty. Desde la Defensoría intentan garantizar la integridad de los jóvenes que denuncien abusos policiales y pretenden borrar estas "metodologías propias de la última dictadura militar" del accionar de los hombres de la Policía Federal


El defensor adjunto del Pueblo de la Ciudad de Buenos Aires, Gustavo Lesbegueris, sostuvo que "el abuso policial es una práctica habitual que está de alguna manera consentida, aunque sea pasivamente, por distintos funcionarios policiales".

El sábado 14 de septiembre a la madrugada, Ezequiel Demonty y otros dos chicos fueron obligados por policías de la comisaría 34ª a saltar al Riachuelo, desde un lugar situado bajo el Puente Uriburu. Los otros dos jóvenes salieron ilesos, pero el cadáver de Demonty fue encontrado -con golpes en la cara- siete días más tarde a 300 metros de donde desapareció.

"No se puede ser irresponsable de decir que esa es una metodología habitual, la de arrojar jóvenes, hasta tanto lo dictamine la justicia. Pero tampoco puede ser uno ingenuo y pensar que once personas pueden golpear salvajemente a tres menores, trasladarlos y casi sin dar ninguna orden saber todos tácitamente hacia donde se dirigían y que ninguno de ellos haya tenido la dignidad de decir yo de este tipo de prácticas no participo", dijo Lesbegueris.

"La actitud de hombres de la policía son propias de las peores metodologías de la última dictadura militar", dijo el defensor adjunto del Pueblo porteño, quien además agregó: "quiero ser claro en esto y separar la institución de los hombres, pero evidentemente la Policia Federal tiene que hacer algo. Lo que sí no comparto es que se trate de la obra de un tarado".

Lo cierto es que las denuncias públicas contra policías que habrían cometido abusos en las zonas sur y suroeste porteña se multiplican. El miedo es una de las principales causas para que estas acusaciones no se efectivicen ni en sede policial ni en la Justicia. Un ejemplo de esto son las amenazas que recibieron los compañeros de Demonty, quienes por este motivo se encuentran protegidos lejos de sus casas.

"Cuando hablamos de controles también hablamos de garantías -afirmó Lesbegueris- , tanto para aquellos buenos policías que se animan a denunciar un hecho de estas características como para los testigos civiles. Tenemos que tener garantías que van a ser protegidos y que no van a ser castigados o perseguidos. Es la condición necesaria para que se produzca este cambio dentro de la fuerza que todos esperamos"

"Bienvenido sea que más instituciones intervengan en el análisis de los policías que ingresen a la fuerza, pero acá lo que hay que ejercer son los controles sobre las practicas que tiene la Policía Federal", expresó el ombsudman adjunto, quien en este sentido, propone que se generalice la instalación de fiscalías zonales, como la de La Boca. Lesbegueris también dijo que se enteró, a partir de la muerte de Demonty, que la Dirección General de Prevención del Delito estaría haciendo gestiones para abrir una fiscalía en el área que comprenden las comisarías 26ª y 34ª.

En tanto, a más de doce meses de su inauguración, la Unidad Fiscal de La Boca no tiene fiscales fijos para atender las denuncias y reclamos que efectúan los vecinos. La Procuración General de la Nación aduce que ésto se debe a problemas administrativos y presupuestarios. Pero en realidad, todo está detenido a la espera de que el Congreso de la Nación apruebe una ley que establezca su creación.

"Estamos esperanzados en que la investigación judicial de una buena vez por todas se llegue a un castigo ejemplificador, porque esto debe marcar sí o sí un punto de inflexión, tanto para la sociedad que debe perder el miedo a denunciar este tipo de situaciones cuando se producen, como para la fuerza policial para producir esa depuración que estamos esperando para que este tipo de prácticas tan perversas y aberrantes, nunca más puedan instaurarse en nuestra sociedad", expresó Lesbegueris.

LOS EDICTOS Y UN DISCURSO POCO CLARO

"Creo que fue muy confusa la forma en la cual se planteó la discusión por los edictos policiales -sostuvo el defensor adjunto del Pueblo-, porque como ustedes saben se utilizan para prevenir faltas menores, contravenciones menores. Entonces confundir eso con delitos mayores es grave. Además los edictos tienen un componente fuertemente discriminador y estigmatizador de sectores sociales".

"También hay que tener cuidado, porque desde algún sector de la fuerza proclive a este tipo de prácticas, escuchar la prédica de su jefe, en el sentido de que vuelvan los edictos y de la forma en la cual se plantea la discusión, pudo ser decodificada como bueno, ahora volvemos a épocas del pasado", concluyó Lesbegueris.

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