"Estamos presentando 37º Congreso de Revisionismo Histórico Nacional. Se trata de un homenaje en el futuro a Manuel Belgrano con anclaje en un debate muy actual: la construcción del relato histórico. El último año se creó por decreto el Instituto Nacional de Revisionismo Histórico Argentino e Iberoamericano ?Manuel Dorrego?, y de inmediato se escucharon voces a favor y en contra. Unos acusaron al Gobierno de querer reescribir la historia a su antojo. Otros señalaron como un error mantener separados a la academia del pueblo. En la obra mostramos este debate. Lo trabajamos desde el humor pero también con un costado periodístico, siempre presente en nuestras puestas. Al comienzo de la función, el público puede observar una serie de testimonios de historiadores, políticos, escritores, científicos e intelectuales, a quienes les pedimos que nos contaran cómo imaginan el futuro de la Patria dentro de 40 años, que es el tiempo en el que transcurre la obra. No tomamos partido por un bando u otro en nuestro trabajo. Solo hacemos resonar y friccionar estas voces en el escenario, que el público sea el que arme su propia historia mezclando lo que ya sabía o ignoraba con lo que ve, escucha y siente durante el evento.
"La Compañía de Funciones Patrióticas surgió a fines de 2007, luego de leer El gigante Amapolas, de Juan Bautista Alberdi. Diría que, además de ?las bases? para lo que fue la primera Constitución Nacional, a Alberdi le debo las bases de la Compañía. No solo lo digo porque ese texto fue nuestro primer montaje sino también por las características singulares de su escritura. El estilo sarcástico que subyace desde el título mismo de la obra fue clave en la búsqueda de los actores. Los necesitaba escépticos respecto de la función sociopolítica del teatro, con un amplio sentido del humor, alejados de toda solemnidad, dispuestos a dejar de lado su egocentrismo, sus ideas políticas, sus militancias ?de tenerlas? para sumarse a una propuesta efímera y estable y que, como Alberdi bien hizo con unitarios y federales, se ría de propios y ajenos, de aquellos a quienes considera adversarios pero también de los aliados o amigos, que es un modo de reírse de sí mismo."
Impasse: Con Martín hablamos de Escena (Espacios Escénicos Autónomos). Dice que la tercera edición de su festival será en octubre y que espera ?la aprobación en la Legislatura de un proyecto de ley que beneficiará a salas con capacidad máxima de 50 espectadores, no preexistentes al 20 de diciembre de 2006. Así se eliminarían requisitos exagerados para espacios de experimentación, con poca o nula veta comercial?.
"La propuesta de presentarnos en el Teatro Regina con ¿Qué, cómo? nos llegó al mismo tiempo que puertas adentro nos empezábamos a preguntar si el formato de realizar funciones solo en fechas patrias no nos estaba transformando en un grupo de culto para nuestro propio entorno. Por otra parte, con este sistema de exhibición no íbamos a ninguna parte, en el sentido de poder visitar otras ciudades y provincias, algo que es imperdonable para una compañía que se autodefine como patriótica. Es decir, sentíamos que no estábamos haciendo patria, que no estábamos a la altura de nuestro nombre. Esas fueron básicamente las motivaciones que nos llevaron a romper nuestra tradición efímera con determinados trabajos que se prestaran a ello. Luego nos encontramos con otras dificultades. Somos 16. El criterio hegemónico para las giras y festivales es resolver primero el transporte antes que pensar en la calidad de lo que se va a programar. ?Si son muchos ?más de cinco?, mejor que no vengan.? Es un criterio que atenta contra la estabilidad económica y emocional de cualquier grupo. Por suerte, existen excepciones a este sistema. El 19 de agosto vamos a la Feria del Libro de la ciudad de Corrientes, ¡y viajamos más de cinco!
"El hacer una sola función (o dos) de una obra tiene relación con lo efímero del hecho teatral, de un aquí y ahora, que se mete con el pasado o con el futuro para ajustar cuentas aunque más no sea en ese instante efímero que habilita todo hecho teatral. Esta modalidad es un camino que queremos seguir transitando porque la energía puesta en un evento de estas características es muy especial tanto para nosotros como para el público. Pero la idea es que las temporadas, como hicimos en el Regina con ¿Qué, cómo?, tengan también sus particularidades en cada función (por ejemplo, el sorteo de un libro sobre anarquismo entre los espectadores). Otra opción que probamos cuando estuvimos en el Rojas, donde nos presentamos por cuatro noches con Educación y distancia, consistió en mostrar dos finales distintos. En uno moría el ?malo? y en el otro sufrían los ?buenos?.
"Al menos en esta ciudad, grupos de teatro estables dedicados a teatro político se deben contar con los dedos de una mano. Es verdad que de un tiempo a esta parte (algunos especialistas señalan este cambio a partir de la crisis de 2001), la cartelera se empezó a poblar de propuestas que trabajan más explícitamente lo político, luego de una década que fue infame en muchos aspectos. Pero no son grupos estables sino accidentales, creados para una obra específica, con un director o directora que seguirá quizá trabajando lo político o la historia motu proprio, aliándose circunstancialmente con otros artistas. En nuestro caso, la particularidad radica también en que no respondemos a ningún partido, ideología o manual estético-político. Somos una bolsa de gatos. Cada felino tiene siete vidas. 16 por 7: 112. Según este cálculo optimista, tenemos vida para rato.
El teatro político tiene mala prensa. A nadie le interesa la política si no la puede relacionar con algo que lo perjudique o beneficie concretamente. Es una marca de época. Lo mismo creo que pasa con el teatro. No hay espectadores altruistas, salvo los familiares y amigos más cercanos que vienen siempre. El público no compra la entrada si no obtiene algo a cambio: una emoción, una idea, una carcajada, incluso un consejo, dependiendo de cómo se lo intente dar. Además, al teatro político lo acusan de pretencioso, estafador, solemne. Lo que propone la Compañía no es para nada solemne. Es estafador respecto del modo didáctico de abordar cuestiones políticas o históricas. Difícilmente el público encuentre una moraleja al final de nuestras obras, o un respeto absoluto a la figura de tal o cual prócer. Así como en una ficción existe el antagonista o el antihéroe, debería estar la antimoraleja. A Belgrano lo homenajeamos tergiversando la mayoría de sus logros. Esto puede enfadar a cierto tipo de espectador que no quiere ver los hilos del discurso histórico."
37º Congreso de Revisionismo Histórico Nacional. Fundación Proa. Lunes 9 de julio, a las 17. Entrada: 35 pesos (incluye merienda patria).