"A Capusotto lo conocía de nombre y sin consumir lo que él hacía. Al venir de Córdoba, tenía otro humor y la verdad es que no veía el programa. Me llamó Pedro Saborido ?a quien conocía por referencias? para un casting. Fui, y de un día para el otro empezamos a grabar. Me llamaron, me conocieron y me preguntaron si tenía disponibilidad para el día siguiente. Fui y no tenía idea de qué había que hacer, fue decir: ?Esto va para el lado del humor. Perfecto. Hacé esto, esto y esto?. Me daban las pautas mínimas y después era largarme. Como soy bailarina, no tengo problemas de hacer lo que sea a nivel corporal. Me decía a mí misma: ?No te puedo creer estar haciendo esto? al tiempo que seguía haciendo cosas que me divertían un montón. Nadie me decía: ?Flaca, te estás yendo a la mierda?. Les caí bien y les gustó lo que yo hacía. Después me decían: ?Tenés que aprenderte esto?, con más texto. El año pasado fue: ?¿Qué es lo que tengo que decir??, y me aprendí todo. Diego siempre me ayudó mucho. ?Tomá por este lado?, ?andá más por allá?, ?esto hacelo más serio?. La verdad es que con Pedro y con Diego trabajamos de manera muy cómoda."
"Fue una experiencia el aprender y conocer este humor, que es muy diferente del de Córdoba. Ahora lo consumo muchísimo porque me encanta y me divierte. Es conocer, aprender y empezar a entender. No sólo yo, sino mi familia también. Todos están en Córdoba y mi abuela me dice: ?Yo no entiendo un montón de cosas pero me divierte igual?. Éste es un humor que te encanta o no te gusta nada. No tiene término medio ya que algunos personajes muestran la parte más cruel del ser humano. Me parece que está bueno mostrar esta parte, digamos, extremista que tenemos los argentinos. Desde Violencia Rivas, que salta como loca y a la que todos tenemos un poco adentro, de querer mandar todo a la mierda, hasta Micky Vainilla, que se va al otro extremo. Me gusta y está bueno reírnos de nosotros mismos, que podemos tener algo parecido a esos personajes. Veremos cómo sigue todo con el programa, si se vuelve o no. Capaz que pinta hacer seis capítulos a mitad de año, y se hacen. Ellos saben que estoy lista como una boy scout."
Impasse 1: Llegamos a la casa de Ivana, quien nos atiende con muy buena onda. Habla igual en on que en off the record, denotando una espontaneidad y frescura terribles. Esa que a veces hace que un reportaje sea más rico fuera que dentro de la cinta.
"Me considero más bailarina que actriz. Toda mi vida estudié danza. Tuve una escuela de danza en Córdoba y me vine acá como bailarina. Después empecé a estudiar y llegó un momento en que a la bailarina la querés sacar del medio y pensás apuntar más a la actuación. Hoy por hoy quiero hacer eso. Si tengo que sumar la parte de bailarina al personaje, bienvenido sea porque es un recurso más, con el manejo de cuerpo que tengo. Así que sí, soy más bailarina que actriz pero ¡podemos seguir sumando!"
"Me aburro rápido como toda geminiana que necesita motivación todo el tiempo. Tengo la capacidad, por llamarlo de alguna manera, de hacer muchas cosas al mismo tiempo. Es por eso que busco nuevos incentivos. Hice teatro con Serrano y también improvisación con Mosquito Sancineto en el Rojas, apenas vine acá. Ahora estoy estudiando stand up. Se dio todo para el lado humorístico a partir de lo de Capusotto. Toda mi vida fui una mona y me gusta divertirme, sin miedo al ridículo. Es más, noto que cuando me pongo una peluca o me visto un poco, sale una loca de adentro y vamos para donde sea. Me gustan los desafíos, como saltar a algo serio tipo Rey Lear o cosas así. Creo que cada cosa que uno hace, que te genera miedo y adrenalina al mismo tiempo, está buenísimo. Ver hasta dónde uno puede llegar, qué se puede descubrir y hacer. Hoy por hoy está todo muy ?en lo fácil?. Tenés una cara visible, un cuerpito, andá a mover el culo y ya está. O te metés en un puterío, te hacés conocida y clin, caja. Pero prefiero meterme en cosas complicadas y, además, no hay muchas mujeres que hagan humor."
Impasse 2: El acento característico de Ivana le da mucha simpatía a esta desprejuiciada actriz que hace ocho años está en Buenos Aires. Agua con gas matizan la nota al tiempo que se deslizan anécdotas y situaciones graciosas.
"No lucho por dejar de ser una ?chica Capusotto?. Lo tomo como algo positivo y me sirve. En un futuro veré cómo hago para salir de eso, de ser necesario. Sigo trabajando con los chicos y está todo más que bien. Me gusta y no me jode para nada. Está bueno y en un futuro veremos si hay que sacarse la mochila de haber sido ?una chica Capusotto?. Ya me lo habían dicho con respecto a lo que fueron ?las chicas Olmedo? en su momento, pero no creo que en mi caso sea tan así. "
"La gente en la calle es algo que no se puede creer. Muy buena onda. También pasa que no salgo producida ni con las pelucas que uso en el programa, por lo que no me terminan de identificar. El otro día arranqué el gimnasio y el chico de la recepción me dice: ?Sos re parecida a la chica que está con Capusotto?. ?¿Y si soy?? Me mira y me dice: ?No te puedo creer. No sabés lo que me gusta el programa?. Suele pasarme eso y más con las redes sociales. ¡Hasta una página me han hecho! No lo puedo creer y la verdad es que me supera, excede a los tipos que te dicen: ?Qué buena que estás? y te quieren levantar. Las mujeres también me demuestran muy buena onda. ?Qué bueno que puedas hacer lo tuyo sin tener que estar mostrando nada.? Particularmente, este programa tiene ese fanatismo. Gente que va a fiestas de disfraces y se visten de Pomelo o alguno de otros personajes. En mi Facebook, me escriben: ?Rock and roll, nenaaaa?. En general recibo mucha buena onda."