La Secretaría de Cultura de la Ciudad de Buenos Aires informó que se llegó a una solución en el conflicto presupuestario con el complejo cultural "Chacra de los Remedios". El problema se suscitó debido a que, confiando en el compromiso del secretario de Cultura, Jorge Telerman, de hacer todo lo posible para aumentar en 40.000 pesos el presupuesto 2002, el director de este centro cultural descentralizado había gastado, a esta altura del año, más del 80 por ciento de la partida presupuestaria.
Luego de que este domingo en la "Jornada de Reafirmación del Proyecto cultural y de gestión asociada", los trabajadores y vecinos hicieran público su reclamo, las autoridades de Cultura les concedieron una entrevista. Allí los funcionarios se comprometieron a buscar una solución, que finalmente llegó dos días después a través de un reacomodamiento de partidas presupuestarias que permitió que la "Chacra de los Remedios" cuente con los 40.000 pesos que necesita para cumplir con la programación prevista hasta fin de año.
Pero los interesados aún no conocen esta buena noticia. Se enterarán este viernes en una nueva reunión que mantendrán con el director general de Industrias Culturales, Gustavo López.
"Debido a las circunstancias excepcionales que ocurrieron a principios de año -manifestó López-, la Secretaría de Cultura tuvo un recorte del 40 por ciento del presupuesto destinado a producciones. Si bien nos encontramos con muchas dificultades para cumplir con lo previsto, el grueso de los problemas los pudimos resolver reacomodando partidas".
"Creemos que no vamos a tener problemas en el 2003 porque, a pesar de que la recaudación bajó con respecto a otros años, se estabilizó y eso nos permite programar las actividades que se realizarán", concluyó el director general de Industrias Culturales.
En julio Telerman se comprometió ante los vecinos del Parque Avellaneda a gestionar los recursos económicos faltantes para poder concluir la actividad cultural anual. Sin embargo, los 40 interesados denunciaron que ya trabajaron todo septiembre sin contrato y que, hasta que salieron a la calle, no percibían voluntad política para resolver el conflicto.
El conflicto se remonta a diciembre de 2001, cuando la Secretaría de Cultura le habría comunicado a la coordinación del Complejo la decisión de aplicar un recorte presupuestario de un 40 por ciento para el 2002.
Según sostienen los trabajadores del mismo, el presupuesto de este programa sufre continuamente recortes. Mientras que en el 2000 el monto asignado a este complejo fue de 220.000 pesos, en el 2001 se vio reducido a 178.000 pesos y en el 2002 se lo pretendió llevar a 100.000 pesos.
Frente a estas circunstancias, la Mesa de Trabajo y Consenso del Parque evaluó que, para que el complejo pudiera seguir funcionando, hacía falta lograr un presupuesto mínimo de 140.000 pesos, por lo que -según afirman los trabajadores- se había acordado con la Dirección General de Promoción Cultural que se gastarían 70.000 pesos en el primer semestre, al tiempo que buscarían conjuntamente los 40.000 faltantes para terminar el año.
Pero la situación se agravó en julio, cuando esa misma dirección confirmó que no se completaría el presupuesto con los 40.000 pesos convenidos. Tras reiteradas reuniones con el director General de Promoción Cultural, Roberto Di Lorenzo, y con el secretario de Cultura, Jorge Telerman, se logró que los funcionarios se comprometieran ante los vecinos a gestionar, en la Secretaría de Hacienda y Finanzas el dinero para completar lo acordado inicialmente.
Convencidos en que el acuerdo llegaría a buen puerto, el equipo de cultura y los docentes del complejo siguieron trabajando. Pero hasta la fecha, el último mes cobrado por los trabajadores fue el de junio y no se ha firmado contrato alguno por el período septiembre-diciembre.
El complejo cultural que funciona integrado a la Mesa de Trabajo y Consenso del Parque Avellaneda, es el único en la ciudad que mantiene un sistema de gestión asociada entre vecinos y gobierno. En 1989 los vecinos de Parque Avellaneda comenzaron a trabajar por su recuperación, tras un largo proceso de deterioro que lo llevó al abandono total.
A esta iniciativa se sumó en 1997 el Gobierno de la Ciudad, que se asoció al proyecto a través de la Mesa de Trabajo y Consenso de Parque Avellaneda y continuó con el Plan de Manejo elaborado por los vecinos entre 1994 y 1996.