Aunque se haya bajado públicamente de la idea del plebiscito, el Presidente sigue al frente de la campaña y sensible ante los impactos de cada gesto político, que por estos días son evaluados por los múltiples consultores que trabajan para la Casa Rosada.
Durante la última semana, Néstor Kirchner y Eduardo Duhalde formalizaron una ruptura que se perfila sin retorno, al menos de cara a las elecciones de octubre. La ruptura, según evalúan algunos en el Gobierno nacional, tendrá efectos en el electorado. Y el capitalino es uno de los escenarios que más preocupa al Presidente porque es tradicionalmente esquivo al PJ, porque Rafael Bielsa, su candidato, no le está ganando claramente Elisa Carrió (algunos sondeos recientes le dan un empate técnico) y porque la oferta opositora reúne, en su conjunto, un 60 por ciento de intención de voto.
Un cuarto factor, que aparece en todas las encuestas, es tenido en cuenta por Kirchner a la hora de evaluar el escenario capitalino: si bien la gestión del actual Gobierno es aprobada por los porteños, en la Ciudad de Buenos Aires el nivel de aceptación siempre es menor que en el resto del país. "Los habitantes de la Capital, más que otros, tienen en claro que octubre es una elección legislativa y que no tienen obligación de plebiscitar la gestión del Presidente. Todo eso hace que sea una elección difícil para el partido de gobierno", destacó la consultora Graciela Romer en diálogo con NOTICIAS URBANAS.
Según un estudio reciente de Romer y asociados, Elisa Carrió (ARI) obtiene un 22 por ciento del voto afirmativo de los porteños, apenas seguida por el canciller Rafael Bielsa, con 21 por ciento y en tercer puesto, Mauricio Macri, con el 16 por ciento. "Bielsa subió en esta semana y tiene un virtual empate técnico con Carrió. Es el efecto instalación de un candidato, que suele volcar a su favor a los indecisos", explicó la consultora.
Bielsa tiene una imagen positiva alta -según el estudio Romer, es el segundo ministro mejor ponderado, detrás de Roberto Lavagna-, pero el devenir de la guerra peronista en la Provincia de Buenos Aires podría afectarlo positiva o negativamente. ¿Por qué?
El consultor predilecto de Néstor Kirchner, Artemio López, se lo explicó esta semana, durante una reunión en la Rosada. "Los votantes del distrito porteño no admitirían un arreglo entre los jefes peronistas. Un acuerdo de ese tipo perjudica las chances electorales del kirchnerismo en la Capital y, por el contrario, favorece de hecho a Elisa Carrió, porque dejaría sin discurso a los candidatos oficialistas", sentenció López, delante del Presidente.
Cristina Kirchner pareció haber tomado nota la teoría del consultor, ya que durante su lanzamiento forzó tanto la ruptura en su discurso que llegó a comparar a Duhalde con El Padrino.
POLÉMICA
"No me cierra la teoría de Artemio", admitió Romer, consultada por NOTICIAS URBANAS acerca de las repercusiones de la ruptura de los jefes peronistas en la Capital. "Kirchner es el Presidente de mayor imagen positiva sostenida desde la reinstalación de la democracia, y este 70 por ciento lo ha logrado en alianza con Eduardo Duhalde. ¿Por qué eso se rompería ahora?"
Concretamente, lo que Romer pone en duda es que los porteños "lean en clave de pacto la alianza que, hasta ahora, fue la coalición que sostuvo al Gobierno".
Artemio López lo cree así: "La campaña en la Capital Federal es tan central como en la Provincia de Buenos Aires, o incluso más importante, por lo incierto de su resultado. Bielsa perderá votos si electorado porteño advierte un pacto oscuro, al estilo de la vieja política".
Atendiendo a su consultor predilecto o su propias convicciones -o quizá una mezcla de ambas-, lo cierto es que Kirchner fue tajante cuando dijo sobre la ruptura con su hasta ahora socio político: "Que quede bien clarito: no hay vuelta atrás".