En la sesión pasada, la Legislatura aprobó la creación de un Fondo de Asistencia Social, compuesto por diez millones y medio de pesos que fueron ahorrados por el parlamento porteño desde el momento de su creación. La suma se destinará a tres áreas: Salud, Promoción Social y Educación. Si bien todos los diputados coincidieron en que el fin de la medida es loable, durante la sesión se realizaron objeciones relacionadas con cuestiones vinculadas a la creación del mencionado fondo, la mayoría de tipo contable.
La principal es que el dinero no pertenecería a la Legislatura. Como se trata de sobrantes de las sucesivas partidas presupuestarias anuales destinadas al parlamento local, estas sumas deberían haber sido ser devueltas a la Ciudad una vez finalizado cada ejercicio.
"El grueso de ese dinero, aproximadamente unos ocho millones, es lo que sobró a causa de la suspensión del famoso concurso que, cuando se creó la Legislatura, se iba a realizar para tomar al nuevo personal. Como no se hizo, esa plata, que era para pagar esa masa salarial, finalmente no tuvo destino", afirmó a NOTICIAS URBANAS el diputado Julio Crespo Campos (UceDé). "Ese dinero -continuó- lo pagó el vecino con sus impuestos por lo que, si no fue utilizado, debería haber vuelto a Rentas Generales".
"Terminado el ejercicio se debería haber devuelto la plata o haber pedido la reasignación en el presupuesto del año siguiente", coincidió Atilio Alimena, legislador por el Partido Demócrata, que optó por abstenerse en la votación en la que se aprobó la creación del Fondo. "En lugar de devolverla -argumentó Alimena- se la mantuvo guardada durante años en un banco y si el país no reventaba, seguro que el dinero se quedaba ahí".
El temor a que la Legislatura fuera blanco de una protesta social es, para estos diputados, lo que motivó la decisión de crear el fondo. "La Legislatura entiende que trabaja mal, por eso quiere justificarse socialmente", dijo Crespo Campos. Por su parte, Alimena disparó que "la iniciativa partió del bloque radical, por temor a la presión que podría ejercerse de parte de la comunidad". También afirmó los radicales eran los únicos que sabían de la existencia del dinero.
Aunque situado en la vereda de enfrente, si de ideologías se trata, el diputado Patricio Echegaray (PC- Izquierda Unida) no tuvo problemas en acordar en gran medida con los postulados del liberal Crespo Campos y del demócrata Alimena. Así, calificó a la iniciativa de "poco sólida" y sostuvo que "parece estar destinada a cubrir estratégicamente la insensibilidad de los que no se han sensibilizado". Pese a todo, tanto Echegaray como Crespo Campos decidieron votar a favor de la iniciativa porque ponderaron su fin social.
Una de las cuestiones que más llamaron la atención durante el debate que precedió a la creación del fondo fue el desconocimiento generalizado de los legisladores sobre el lugar exacto en el que estaba depositado el dinero. En el recinto, se lo escuchó al diputado Abel Latendorf (Piquete Socialista) preguntar cuál era el banco y la cuenta corriente, y si ésta estaba afectada por las medidas que impiden retirar los fondos. A todo esto el vicepresidente primero de la Legislatura, Cristian Caram (UCR-Alianza) respondió que la plata no estaba en el corralito, pero no dio precisiones acerca del banco ni de la cuenta.
