"La aplicación de dos resoluciones del Ministerio de Salud de la Nación que prohibieron las fibras de asbesto de tipos Crisotilo y Anfiboles a partir del 2003 no está logrando resultados satisfactorios en la Ciudad de Buenos Aires por la falta de control", afirmó la defensora del Pueblo porteña, Alicia Pierini. Por este motivo, presentó un proyecto de ley en la Legislatura de la Ciudad para vedar la utilización, importación, comercialización y producción de este producto cancerígeno en el ámbito porteño a partir del 1º de enero de 2006.
El mayor consumo de esta fibra, también conocida como amianto, se verifica en la fabricación de asbesto cemento, en forma de chapas para cubiertas, cañerías y tanques de reserva para agua potable. La extracción, producción, industrialización, uso y comercialización de la fibras de amianto de tipo anfiboles y de los productos que las contienen han sido prohibidas desde 1995 por Brasil, que es el quinto productor mundial de asbesto y principal exportador hacia nuestro país.
La ombusdman porteña indicó que "resulta suficiente inhalar asbesto entre dos y tres meses para contraer mesotelioma pleural maligno, una enfermedad que genera que los pacientes vivan sólo de seis a nueve meses desde el momento del diagnóstico. Existen en la bibliografía nacional antecedentes de casos de cáncer de pulmón y mesoteliomas por exposición al amianto".
El proyecto de ley de la Defensoría se enmarca dentro de recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS), la Organización Internacional del Trabajo (OIT), la Organización Mundial de Comercio (OMC), la Unión Europea y los ministerio de Trabajo y de Salud de la Nación.