¿Puede un filósofo hablar del tránsito en la Ciudad? Puede. Por lo menos el doctor en Filosofía, José Luis Galimidi, así lo demuestra , analizando la esquizofrenia de una ciudad compuesta por personas que, civilizadas en muchos aspectos, se convierten en potenciales asesinos en las calles, convirtiendo a las muertes por accidente de tránsito en líder de motivos de muerte no natural en el país.
“El problema de los porteños es que adelgazamos la porción del ‘nosotros’ que está presente en cada uno. Sigue habiendo lealtades locales, uno tiene ‘nosotros’ incorporados, la pertenencia al club, a la profesión, a la familia, hasta a la empresa, pero son nosotros muy locales que terminan generando comportamientos muy corporativos que son lo contrario de comportamiento público, republicano, democrático. Cuando llegás a tu casa –después de haber transitado por las calles de la ciudad- sentís que recibiste 5 o 6 amenazas de muerte por día. Nos falta hacernos cargo de la cantidad de poder que tenemos en nuestras manos, por ejemplo cuando circulás por la Panamericana, el de atrás te pega la trompa o ves la banquina que está llena de ‘piolas’ que quieren llegar antes que vos. El respeto al otro no está incorporado como una parte sustantiva de tu propia identidad”, aseguró el profesor en las universidades de Buenos Aires y de San Andrés, en declaraciones radiales al programa El Reto (Radio Palermo FM94.7, domingos de 13 a 14).
“Siento que nuestro ambiente común se está hostilizando y deteriorando mucho, la forma de estar de uno cambia mucho cuando salís a la calle. Me parece que cada vez la gente está considerando que el que tiene delante no es un semejante, no es un igual, un conciudadano, un compatriota, un ‘co-algo’ entonces así como hay falta de confianza entre unos y otros, entre todos junto son somos incapaces de tener una confianza común en algo más importante como un proyecto común, ganas de vivir mejor, ganas de cuidar las instituciones, etc. Uno es responsable en la medida del poder que maneja, como político, como policía, como médico, como profesor. Hay muchas décadas de deterioro en diferentes esferas de la vida común: en la política, en la económica, en la sindical, en la eclesial, en la educativa entonces esfera por esfera vos sentís que hay corte muy fuerte entre los que gobiernan y los que son gobernados, y ese corte muy fuerte entre el de arriba y el de abajo se reproduce horizontalmente y en la interioridad de cada una de las personas que somos capaces de tener comportamientos esquizofrénicos como ‘buen padre de familia’ y ‘mal conductor’”, reafirmó.