La organización vence al tiempo, dijo un general que la tenía clara en política. La frase cabe con exactitud a la organización más poderosa de cartoneros en todo el país. El Movimiento de Trabajadores Excluidos (MTE), integrado por más de 2 mil trabajadores del cartón, conecta los más bajos fondos de la marginalidad con los altos niveles del poder económico y político.
El cardenal Jorge Bergoglio los respaldó, junto a los costureros de la ONG La Alameda, con dos misas, la última en plena Plaza Constitución. Las poderosas papeleras los esclavizan con sus precios, y por eso los cartoneros escracharon a la empresa Del Plata y a la Federación de Papeleros. En la Policía Federal, los detestan. Viven donde se crió Maradona y viajaron a Brasil para un congreso de cartoneros que lideró el presidente Lula Da Silva. Sus asambleas, desde el barro de Villa Fiorito y Caraza, derivan en nuevas políticas del Estado porteño. Son convocados a dar charlas en universidades o en ministerios de Medio Ambiente. La organización ambientalista Greenpeace les teme. El progresismo de Ibarra los persiguió con la original UCEP. Macri los demonizó y reprimió. Aunque le torcieron el brazo con denuncias a sus funcionarios y una gran marcha. La sociedad porteña desconfiaba de ellos. Pero fueron el MTE y La Alameda quienes, con apoyo social, se animaron a escrachar a las redes de la mafia de la prostitución en la Ciudad.
No se detuvieron allí. Llegaron a involucrarse en las denuncias por los pibes explotados en el campo y llamativamente hasta han tenido repercusión en los programas de chimentos. El conductor Lucho Avilés perdió un juicio con ellos al amenazar por TV con poner una bomba en las bolsas de la basura. Mientras que la madre de la famosa modelo cartonera, Daniela Cott, integra el movimiento.
Todo lo hasta aquí nombrado se refleja en su mayor logro: reconvertir el cartonerismo. Miles pasaron del rebusque al trabajo que tiende a incluirlos con todos sus derechos constitucionales. Por todo esto es que se conoce al MTE como la última barrera al paco y la delincuencia.
El MTE avanzó sin ser un partido con afiliados y locales. En los hechos son el sindicato del cartón aunque no cuentan con licencias gremiales. No tienen cargos de gobierno, ni planes Trabajar. Nadie los utiliza para campañas proselitistas.
?En 2002 éramos tres pibes de clase media con padres profesionales y un grupo de vecinos de la asamblea de Almagro, más un par de cartoneros locos. Nos pusimos a pensar y no queríamos sólo hacer un comedor. Ahí es cuando fuimos contra las cajas de la Federal. Cada comisaría cobraba una coima por no llevarse los destartalados camiones de los cartoneros. Les sacaban hasta el 35 por ciento de sus salarios al mes.
Pero nos organizamos y cortamos eso. Fue nuestra primera reivindicación?, relató, frente a los 100 mejores promedios de la facultad de Ciencias Económicas, Juan Grabois, uno de los fundadores del MTE.
?El segundo paso fue empezar a reemplazar la forma de transporte. Viajaban encima del mismo cartón, generando por mes un promedio de dos muertes?, explicó Rafa, del MTE, a Nicolás Savine, el fotógrafo francés que ilustra este articulo.
A través de la cooperativa El Amanecer de los Cartoneros, ahora cuentan con credencial, subsidio por hijo (esto fue un breve período y un amparo al respecto aún esta por resolverse), transporte de carga y personas que los administran (porque son propiedad del Estado), uniformes y asistencia seis días de la semana para 162 niños en la escuela recreativa de la Fundación Che Pibe. Más el pago de un incentivo por realizar bien su tarea. Sus obligaciones son: no romper bolsas, uniformarse y no utilizar trabajo infantil. Por día recuperan, sólo los cartoneros del MTE, 250 toneladas de residuos sólidos. Mientras que el universo de los cartoneros en la Ciudad, en total, se calcula en 6.000 personas, que están reciclando alrededor de 650 toneladas. Sin ellos el Estado porteño debería pagar el enterramiento de esas cientos de toneladas de basura en el conurbano bonaerense.
Quienes siguen sin hacer su aporte son las empresas. Reciben la materia prima de papel y cartón por el cartonero que vende en negro a los galponeros (unos 100 en la Ciudad sin cumplir las normas de higiene y seguridad) y estos a la industria. Aquí el doble rol laboral del cartonero: ser reciclador para el Estado y proveedor para el sector privado.
En la actual situación, los cartoneros siguen beneficiando las arcas estatales, ya que los trabajadores del cartón que no están incluidos en el programa de reciclado, o sea más de la mitad, no reciben ninguna paga ni tienen obra social ni jubilación, como poseen los miembros del MTE gracias al Monotributo Social.
La disputa actual con el macrismo es que incluya 1.000 cartoneros más, que el incentivo de 320 pesos pase a cubrir la línea de indigencia, o sea aumentar a 650 pesos, y que se amplíe la escuela para los niños ex cartoneros.
Mario vive a metros de la casa donde nació Maradona. Fue obrero fabril y su último trabajo fue en 2001. La editorial Santillana lo despidió por no aceptar trabajar gratis los sábados. Mario contó que no se toma vacaciones desde 2000. ?Igual estamos mucho mejor. Este año el precio por suerte está aumentando.?
?Ni la Ceamse ni la Fundación Garrahan reciclan tanto como los cartoneros. La separación en origen de los húmedos (que son enterrados) y secos saldría con el sector privado 10 veces más que el servicio público de recolección con gestión social?, expresó una alta fuente del Ministerio de Espació Público y Ambiente, a cargo de Diego Santilli.
?Nuestra lógica no es favorecer al empresariado de la patria contratista sino el empleo decente y el reconocimiento histórico de la labor del cartonero. Mientras, las empresas recibían abultados presupuestos para cumplir con la Ley Basura Cero, aunque nunca superaron ni el dos por ciento de lo reciclado por los cartoneros en un día. Una estafa al erario público además insensibilidad social?, remató la contadora militante del MTE, Fernanda.
LA ESTRUCTURA
Su democracia es directa y transparente. NU estuvo en las elecciones de su comisión directiva y delegados por cuadrilla de trabajo. En marzo de 2009 llenaron el teatro Verdi de la Boca con urnas y más de 1.000 cartoneros. Hubo tres listas y ningún incidente. La comisión directiva dura dos años y los delegados, uno.
La otra pata del MTE es el colectivo de militantes, que integran abogados, contadores, traductores, libreros y docentes. Ellos tienen sus premisas éticas. La gratuidad de su militancia y la expulsión directa a quien pretenda realizar actividades privadas o beneficios monetarios personales. Ninguno puede trabajar para el sector privado relacionado con la industria del reciclado, tampoco con políticos. ?Esta postura se justifica porque la experiencia demuestra que detrás de la solidaridad suele estar agazapada la ambición que en vez de servir al pueblo se sirve del pueblo. No queda duda entonces que servimos al pueblo no por un cargo, por plata ni por una estructura política-partidaria?, argumentó Rafa. El avance cartonero no fue un regalo del Estado. La lucha por la dignidad se expresa en su lema: ?Ni esclavos ni excluidos?.
(NOTA ORIGINALMENTE PUBLICADA EN EL SEMANARIO NOTICIAS URBANAS Nº 223, DEL 14/01/10).