El control de la Vía Pública es la vergüenza de los porteños

El control de la Vía Pública es la vergüenza de los porteños

El jefe de Gobierno, Aníbal Ibarra, parece haber perdido por completo el control de la vía pública. La ciudad está repleta de infracciones e infractores, que se mueven en la impunidad. Además, los cartoneros, los baches, la mugre, los vendedores ilegales y la inseguridad han convertido a la ciudad en un caos


El viernes pasado, el jefe de Gobierno de la Ciudad, firmó con la oficina anticorrupción de la Nación un convenio para las áreas dependientes de la secretaría de Gobierno y Control Comunal, cuya titular es Silvana Giúdici. Mientras se desarrollaba este acontecimiento, estallaba una parrilla en Palermo Soho en Honduras al 5200 que no estaba habilitada, según el testimonio de la autoridad policial actuante de la comisaría 25. La pérdida de gas de una garrafa causó una explosión en el local que dejó un saldo de cuatro heridos, el derrumbe de una medianera y parte del local.

Desde la secretaría de Gobierno y Control Comunal, explican que el local "tenía iniciación de actividades en 1998 otorgada, porque de acuerdo a la superficie y la actividad, cumplía los requisitos". Registran en dicha dependencia varias actuaciones por irregularidades, la última data de marzo del 2002. Pero lo dejaron continuar hasta el viernes. El diputado Jorge Enríquez desde el lugar, afirmó que estando en la función "lo había clausurado personalmente, pero queda claro que los controles de un tiempo a esta parte se han aflojado, esto es responsabilidad de las autoridades del área" terminó Enríquez.

Otras fuentes consultadas por Noticias Urbanas confirmaron que está "terminantemente prohibido" funcionar con garrafas habiendo gas natural, hecho que se les pasó por alto a las autoridades de la dirección general de Habilitaciones y Verificaciones, hoy desdobladas a partir de un reciente decreto, pero igual de ineficaces que cuando estaban juntas".

Hubo reuniones de capacitación hechas en el San Martín, brindadas por los mismos que no logran poner en marcha un plan de erradicación de la problemática de Vía Pública. Dos matutinos se refirieron en los últimos días al "descontrol que se vive en las zonas de Once, Retiro y Constitución con el tema de la venta ambulante" así como la aventura de caminar por la calle Florida, "una verdadera romería" a metros de la sede del gobierno comunal. En Once, uno de los entrevistados confirmó que la "Municipalidad no viene por aquí desde que salieron en televisión" y de esto hace ocho meses.

Desde el gobierno la única respuesta es que "el escenario de la crisis social complica todo" y esto disminuye a límites paralizantes, la rutina de control y operativos que permiten el vale todo en la Vía Pública. La DGVH parce haberse caído en uno de los baches de Fatala y quedó desaparecida de la calle. Un esquema de inspección polivalente lanzado hace tres meses no ha demostrado hasta ahora tener la fuerza necesaria para producir los cambios.

El plan "Veredas Limpias" lanzado con toda pompa en su momento suena hoy tan ridículo como "Tu perro, tu caca". Para el primero podemos enumerar, marquesinas ilegales, sombrillas publicitarias, motos y bicicletas atadas a los postes, carteles sandwiches, mesas y sillas de los bares y confiterías, cualquier elemento para evitar que estacionen autos, los muñecos inflables, por nombrar sólo algunas de las cosas que hacen intransitables las veredas. En el caso de los perros pareciera misión imposible encontrar una persona con bolsa y palita, ya sea un particular o un paseador; en cambio se encuentran las necesidades fisiológicas de los animalitos en cualquier calle, plaza o parque de la ciudad. Las campañas publicitarias fueron muy importantes ycostosas para un resultado tan parecido a la nada.

Por otra parte, ya que Ibarra decidió firmar un convenio con su amigo y ex jefe José Massoni, del cual fue ayudante raso cuando Massoni era juez de instrucción, porqué no lo hizo para controlar los grande temas de la ciudad como la compra de insumos hospitalarios, el tema de los hoteles denunciado por la Defensoría del Pueblo y hoy con causa judicial, las irregularidades denunciadas en el Consejo de la Magistratura porteño y todas las prórrogas de los contratos que realizó en una gestión marcada por la falta de licitaciones. En cambio la hizo para controlar el poder de policía, los inspectores, el chiquitaje de la corruptela ciudadana.

Pareciera que para este gobierno -y en particular esta área- las cosas hay que lanzarlas pero no hacerlas. El Salón Blanco ya se vistió varias veces de gala con las luces de las cámaras, mientras que la ciudad atraviesa una seria crisis de operatividad en la gestión. Todavía le queda tiempo a Ibarra si decide enviar su gente a la calle para que actué de manera inflexible, y debiera parar el sistema de anuncios que hace, ya que unos se comen a otros y ninguno llega a concretarse.

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