Hay un maestro de 25 años que sufre esclerosis múltiple. Para evitar que su enfermedad se profundice, debe realizarse dos aplicaciones por semana de Interferon. Cada una cuesta casi 500 pesos, más que su salario mensual. Pero la Obra Social de la Ciudad de Buenos Aires (OSBA) se niega a entregarle el medicamento.
Este caso fue denunciado públicamente por el secretario general de la Unión de Trabajadores de la Educación (UTE) Francisco Nema, que también afirmó que "hay entre 200 y 300 compañeros con HIV y con enfermedades oncológicas" que están en una situación similar. El dirigente manifestó que este viernes a las 12 concurrirá a la Jefatura de Gobierno para reclamar que Aníbal Ibarra tome cartas en el asunto. Si no obtiene respuestas, adelantó que recurrirá a la Justicia.
Actualmente, la obra social de los trabajadores del Estado porteño tiene un pasivo que la acerca a la quiebra y se halla intervenida. Está comandada por una comisión normalizadora integrada por Mario Yigli -interventor nombrado por el Poder Ejecutivo- y Patricio Datarmini -número dos del Sindicato Único de Trabajadores del Estado de la Ciudad de Buenos Aires (SUTECBA)- y por un directorio en el que el gobierno porteño tiene participación.
"Nosotros, como trabajadores de la educación, estamos solicitando hace más de un año, con la presentación de 12 mil firmas, la libre opción de la obra social porque desgraciadamente somos cautivos", expresó el secretario general de la UTE.