"Sobre una línea casi paralela a la actual traza del arroyo Maldonado, el Poder Ejecutivo ha definido el lugar de emplazamiento de tres de los primeros trece reservorios contenedores de agua de lluvia. Lo que llama poderosamente la atención es que se hayan seleccionado espacios privados para estos emplazamientos cuando en zonas aún más próximas que las elegidas, el Gobierno de esta Ciudad dispone de predios de su propio dominio, con lo que el costo de las obras se vería considerablemente disminuido", afirmó el legislador Atilio Alimena (Partido Demócrata) al fundamentar un pedido de informes al poder ejecutivo que presentó en el parlamento porteño.
Con estas palabras el diputado se refirió a la intención del gobierno porteño de ubicar tres reservorios debajo de los estadios de Argentinos Juniors, Atlanta y All Boys. Y propuso como lugares alternativos, respectivamente, la plaza Roque Sáenz Peña (Boyacá y Juan B. Justo), el parque Los Andes (Corrientes y Dorrego) y las plazas Teniente Coronel Pomar y Udine (ubicadas en César Díaz y Chivilcoy, una frente a la otra).
"Estas incongruencias, que hacen a un mayor costo de las obras, nos hacen dudar de los fines que persigue el Poder Ejecutivo con la implementación de este tipo de instalaciones", manifestó sugestivamente Alimena.
PROYECTO CUESTIONADO
La crítica a la ubicación de algunos de los futuros reservorios es un cuestionamiento más que se suma contra la propuesta llevada adelante por la secretaría de Obras y Servicios Públicos de la Ciudad, que dirige el ingeniero Abel Fatala. El proyecto de construir 25 grandes cisternas bajo tierra para almacenar el agua durante las tormentas y evitar inundaciones fue puesto en tela de juicio, hace días, por un informe firmado por el coordinador de la Fundación Creer y Crecer, ingeniero Juan Pablo Schiavi.
Éste aseguró públicamente que la construcción de los reservorios podría llegar a ser peligrosa para las construcciones que erigidas en las zonas cercanas. "Imaginemos que es como enterrar un edificio de doce pisos bajo un pavimento lleno de agua", afirmó ante los medios Schiavi que, además, explicó que "es probable que esto genere algún tipo de movimientos".
Por este motivo, el ingeniero criticó la falta de realización de estudios de impacto ambiental, un hecho que también fue denunciado en enero ante la justicia por el defensor adjunto del pueblo porteño Antonio Elio Brailovsky. En primera instancia, Brailovsky obtuvo una medida cautelar favorable a su postura, que ordenó la paralización de la licitación de las obras. Sin embargo, el fallo fue revocado por la Cámara de Apelaciones en lo Contencioso Administrativo de la Ciudad.
Durante la disputa judicial, la secretaría de Obras y Servicios Públicos argumentó sí realizó un análisis medioambiental y que éste categorizó la obra como de bajo impacto. Sin embargo, Brailovsky criticó que el estudio haya sido efectuado por el mismo organismo que promueve la obra. Con la calificación de "impacto irrelevante", el gobierno -que ordenó la construcción de los reservorios por decreto- sortea la necesidad de que el proyecto sea debatido en doble instancia por la Legislatura porteña y que se realice una audiencia pública con la participación de las partes afectadas.
Las críticas efectuadas por Schiavi motivaron que el subsecretario de Obras y Mantenimiento, ingeniero Gabriel Ciribeni, le concediera una entrevista que se llevó a cabo este lunes. Para conocer lo allí discutido, NOTICIAS URBANAS intentó comunicarse con el funcionario en repetidas oportunidades sin obtener una respuesta positiva.
SCHIAVI Y ALIMENA PROPONEN ENSANCHAR LOS CANALES
Además denunciar la ausencia de un estudio de impacto ambiental, Schiavi afirmó que los reservorios -que según estimaciones oficiales almacenarán un volumen total de un millón de metros cúbicos- no resolverán el problema de las inundaciones. "Para que Buenos Aires no se inunde, el sistema de retención debería poder contener entre tres y cuatro millones cúbicos", afirmó.
Schiavi se mostró partidario del ensanchamiento de los actuales canales de drenaje constituidos por los arroyos Maldonado, Medrano y Vega, entre otros. Su posición fue compartida por el diputado Alimena, que argumentó que sería mucho más barato y efectivo, ya que se calcula que los reservorios costarán entre 250 y 280 millones de dólares.
Para fundamentar su postura, Schiavi aseguró que en el barrio Catalinas Sur se quiere construir un reservorio de 6.000 metros cúbicos a pocos metros del Riachuelo. "Costará aproximadamente dos millones y pico de dólares. Con 300 mil pesos -argumentó el ingeniero- se puede hacer un caño y tirar directamente el agua al Riachuelo".