Los senadores nacionales, Malvina Seguí (Bloque Justicialista) y Rodolfo Terragno (UCR), por la provincia de Tucumán y por la Capital Federal -respectivamente-, se unieron a la iniciativa del decano de la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires (UBA), Atilio Alterini, y presentaron un proyecto de ley, donde le piden a la Cancilleria que gestione, en la Asamblea General de las Naciones Unidas, la presentación del caso sobre la legitimidad la deuda externa Argentina ante la Corte Internacional de Justicia de La Haya.
Alterini sostuvo que "el sistema jurídico tiene lo que se llama los `principios generales´, que son milenarios y vigentes en todo el mundo. Uno de ellos, es la condena a la usura. Nosotros, en 1980, teníamos una tasa de interés del 6 por ciento y, en ese año, el Banco de la Reserva Federal de los Estados Unidos la aumentó hasta el 22 por ciento".
"Este nivel de tasa sobre dólares capitalizables hacen una bola de nieve -denuncio Alterini-, que es en lo que se ha convertido nuestra deuda. Un experto, Alfredo Eric Calcagno, en una conferencia que dio en la Facultad de Derecho de la UBA, calculó que si se hubiera aplicado la misma tasa del 6 por ciento, en 1988 Argentina habría cancelado su deuda. O sea, hace catorce años que estamos pagando intereses que no debemos".
El decano de la Facultad de Derecho, realizó estas declaraciones ante los programas: Hoy por hoy y Con todo respeto, de Radio Mitre, y en Jaque Mate, que se emite por Radio Del Plata. Alterini fue hasta fines de mayo pasado el presidente del Colegio Público de Abogados de la Capital Federal, pero en esta última elección le dejo el cargo a su correligionario, Hugo Germano, quedándose con la presidencia del Tribunal de Disciplina de esta institución porteña.
"La propuesta de los profesores -afirmó Alterini-, es ir a la Corte Internacional de Justicia de La Haya, que es el más prestigioso de los tribunales internacionales. Está conformado por quince jueces de distintas nacionalidades que son primerísimas figuras en el orden internacional. Los magistrados dirán en qué medida, en qué porcentaje, en qué porción la deuda es ilegítima y de qué modo es razonable y equitativo que sea cobrada".
El ex presidente del Colegio Público de Abogados porteño, informó que "las consideraciones de la Corte de la Haya son vinculantes para los órganos de las Naciones Unidas, es decir para el Fondo Monetario Internacional. No es que no nos vayan a cobrar sino que van a estar precisados a tratarnos con equidad en lugar de tratarnos con la dureza que hemos estado padeciendo últimamente".
"Porque la deuda no puede ser cobrada a expensas de derechos humanos como el derecho a la vida, el derecho a la salud, a la defensa, a la vivienda. Todos los cuales están siendo postergados en la medida en que las primeras prioridades de un presupuesto nacional son el pago de esta deuda que merece ser analizada. Yo no estoy diciendo que no hay que pagar, que hay que caer en default", dijo Alterini, quien además aclaró que "los profesores no estamos pensando de ninguna manera en pancartas con slogan. Estamos pidiendo un análisis jurídico desde los principios del derecho, que tienen milenios de vigencia y que rigen en todo el mundo".
"Por ejemplo -manifestó el decano de la Facultad de Derecho-, los propios abogados de los prestamistas fueron más cuidadosos que nuestros representantes porque enmarcaron algunos perfiles de la contratación que no eran justos. Que un país se someta a los tribunales de un Estado de los Estados Unidos, en el Estado de Nueva York, no se acepta en el derecho internacional público.
Alterini considera que en las negociaciones de la deuda externa se violaron una serie de principios jurídicos básicos de bien común que impiden el abuso del derecho, el enriquecimiento sin causa, el principio de la buena fe, el que condena la usura.
Ante estas perspectivas, el parlamento italiano resolvió en el 2000 a través de una ley que fue aprobada por unanimidad, indicarle al Poder Ejecutivo que se presentara en defensa de los deudores latinoamericanos y que gestionara que todos los países de la Unión Europea hiciera lo propio. Actualmente, Italia está gestionando diplomáticamente el apoyo de los demás países de la Unión Europea. Sin embargo, "a mí no me parece razonable que nos defiendan más los de afuera que nosotros mismos", concluyó Alterini.