Tuvieron que pasar años hasta que Massacre, los mismos que antes se llamaban Massacre Palestina, pudieran saborear bien de cerca el éxito y hacer un Luna Park, ese estadio que muchos anhelan llenar de música y fans delirando. Varios son los hechos que la banda encuentra como parte de un proceso que los lleva al lugar, merecido, que ocupan actualmente. El primero y principal es haber lanzado El mamut, un disco excelente por donde se lo analice.
?Al principio considerábamos que iba a ser un disco más. Después nos sorprendimos con el aluvión de buenísimas críticas. Había una sospecha de que eso podía pasar porque estaba producido muy bien, pero ya estábamos tan acostumbrados a sacar discos con tibio éxito que decíamos ?es un disco más, con buena crítica?. No pensamos que llegaríamos a lo que llegamos. Con los comentarios y repercusiones que tuvimos nos convencimos de que es un disco excelente?, analiza, sin parar, Walas, el cantante de la banda.
La nota fue hecha a la sombra de unas plantas, en un patio interno en San Telmo, con Guillermo ?Walas? Cidade (voz), Luciano ?Bochi? Facio (bajo) y Federico ?Fico? Piskorz (guitarra). En medio del verano anticipado, con más de 30 grados de temperatura, sorprende ver a Walas con borcegos de cuero y gorro, un indicador del pasado pesado de la banda. Otro peldaño de la escalera a la fama fue la grabación de la banda musical de la película Cara de queso, donde la banda reversionó el tema ?Te quiero tanto?, de Sergio Denis. ?Nos llevó a trascender los límites del ambiente del rock, aparecimos en programas y revistas de cine, se empezó a hablar de nosotros en otros lugares?, expresa Walas, quien agrega: ?Nos pidieron algo popular, contrario a lo que siempre fuimos?.
Resaltan como otro importante eslabón cuando ?los grupos empezaron a hacer covers de Massacre. Primero Carajo, después The Tormentos y por último Catupecu Machu. Ahí empezaron a hablar de nosotros, tanto los periodistas como el resto de la gente. ?Estábamos acostumbrados a grabar en el Abasto o en estudios de Londres, con el sistema lock out, donde se alquila el estudio cerrado, se graba y hasta que no se termina el disco no salís, podés pasar 15 días viviendo ahí. Con El mamut, nada que ver: estuvimos tres días para las bases y después vivimos con total flexibilidad y tranquilidad, con jornadas de, a lo sumo, ocho horas de laburo, mucha más libertad. Cuando grabás con lock out hacés todo a las corridas y te privás de lujos o licencias, como grabar otra vez una voz?, explica Walas.
A diferencia de los antecesores, en el último CD las letras se entienden a la perfección. El cantante explica que antes las voces estaban muy metidas atrás; ?eso tiene que ver con lo psicológico, el miedo a mostrarse. Ahora se entiende todo perfecto, estoy ahí expuesto. Ganó la letra, antes hacíamos
un laburo conceptual, escuchabas algo que no entendías tenías que remitirte al librito y ahí apreciabas la prosa, la poesía. Ahora no, se entiende bien y la mayoría de las letras no están transcriptas, a veces están explicadas, a veces aludidas o a veces ni están?.
?Las letras son imágenes mentales pegadas con plasticola. Es surrealismo, parecen códigos que se entrelazan y dan sentido, pero no?, sostiene luego. Pensando en el futuro, estiman que un nuevo disco verá la luz en 2010. ?El desafío es que nos guste, que esté igual o más bueno que El mamut?, expresa Bochi. Pero la vida de la banda no siempre fue éxito y buenas noticias. De épocas viejas extrañan ?ciertos romanticismos, cosas hermosas de antihéroes y de sótanos y alcantarillas?, aunque Walas piensa y se corrige: ?No las extrañamos porque las tenemos en la esencia, las llevamos adentro y eso se ve. Un poco de amateurismo, de espontaneidad, de under es una de las fórmulasde Massacre?.
Walas cuenta que antes, cuando arribaban a un pueblo, tenían un ?perfil de incomprendidos, de losers?. Ahora la cosa cambió: ?Llegamos, vemos remeras y pensamos ?¿nos merecemos esto??. Además cantan las letras perfecto y decimos ¡wow! A algunos lugares nuestra música llegó primero por otros que por nosotros mismos, y ahora vamos a dar la cara. Y es genial ir con El mamut, nos legitimó. Nos salió bien, porque siempre jugamos con el riesgo del ridículo, con los riesgos y los bordes?.
?Antes decía que no iba a caer en esa fobia que tienen las estrellas de rock, de no verse con el público y de vidrios polarizados?, tira Walas, quien declara viajar en la línea B a diario y seguir en pleno contacto con sus fans. De todas formas, algo de la fama les molesta. ?El pibe al que le gusta el rock y te pide una foto es una cosa, pero la señora que viene y te pide una foto y te dice ?yo no se quién sos pero te vi en la tele?, al principio da cariño y te cagás de risa, pero cuando se reitera ya es otra cosa?.
DEBUT LUNÁTICO
Reprogramado por la Gripe H1N1, el Luna Park de Massacre quedó fijado para este domingo 6 de septiembre a las 20. ?Es un show programado y guionado, hay bloques temáticos, conceptuales, hay un intervalo, cosas visuales de luces. Va a haber estímulos psíquicos y sensoriales, cosas que llamamos pánicos, algo de circo antiguo criollo como estética?, adelanta Walas.
?Va a haber reversiones, para la gente que ya conoce los temas, va a haber una sacudida neuronal, cosas que no existen en los discos, suspensos. Va a haber movida mental?, continúa adelantando Fico. Bochi agrega que ?tocar para tanta gente es buenísimo, aunque siempre tocamos con las mismas ganas?, y no esquiva el recelo que el marco puede provocar en los fans de la primera hora: ?Hay que pedirles que disfruten más y no se hagan tanto problema?.