“No les podés gustar a todos"

“No les podés gustar a todos"

Empezó trabajando muy chica en la tele. Y no paró. Después del boom Valientes, vuelve al teatro con El descenso del monte Morgan, con Oscar Martínez y Carola Reyna. Simpática, Wexler habla del desafío Miller y de ser mala y popular a la vez.


En septiembre/octubre del año pasado me convocaron para hacer El descenso del monte Morgan. Ya había trabajado con Kompel (NdR: Pablo, productor de la obra) y con Oscar Martínez en Relaciones peligrosas. Leí la obra y me encantó. Más aún, porque la propuesta involucraba a Carola (Reyna), Oscar (Martínez), Daniel Veronese, Malena Figó, Gaby Ferrero. Me pareció muy compacta la idea y estaba todo muy armado. Un gran desafío, porque era un personaje diferente a todo lo que había hecho en teatro, y transitar un Miller era algo que tenía muchas ganas de hacer.

Leah, mi personaje en la obra, es difícil. Miller es muy intenso y no podés estar a media agua. Tenés que sumergirte de lleno en esa profundidad y navegar, indagar. Daniel me decía que tanto los personajes como la obra eran como una cebolla. Sacás una capa y hay más. Si bien ningún personaje es fácil, lo primero que decís es ?¿cómo lo armo? ¿Desde qué lugar??. Me gusta más ir por el lado físico, probar mi cuerpo para ver cómo se va sintiendo con ese texto, qué le va pasando. Leah es un personaje muy corporal e intenso. Es una chica de pueblo que supo hacerse sola, con mucha fuerza, empuje y capacidad de trabajo. Tiene un pensamiento ?moderno? que se le desarma cuando se enamora de Lyman, queda embarazada y éste le propone casamiento. Después vuelve para atrás y dice ?¿para qué? Si yo no quería casarme, no quería esto y no quería lo otro…?.

Impasse 1: La avenida Corrientes está llena de gente. Cuesta pero llegamos al teatro y después al camarín. Sencilla y elegante al mismo tiempo, Eleonora nos saluda con calidez. Hablamos de una obra muy particular en su temática, de la cual ella tiene su visión, así como también del ser ?mala?.

La primera vez que leí la obra dije ?Lyman es un hijo de puta?. Quiere todo, pero él, en un punto, no aguanta más y es quien peor la pasa. Me pregunto: ¿cómo se hace para tener una doble vida? Dos esposas, dos hijos, dos casas que mantener, ¿cómo hacés? Él realmente las quería y ellas fueron cómplices de todo. Para que exista esto, tiene que haber esto otro. Entonces empecé a verlo de otra manera. Cuando escuchás el discurso de los personajes ¡cada uno tiene razón! Entiendo el discurso de Lyman aunque no lo comparta. No es que me resulta: ?¡Por favor! ¡Qué está diciendo este hombre!? y también entiendo los discursos de Theo ?Carola Reyna? y de Leah. Entonces, cambié mi visión de la primera vez. El tipo quiere todo, y decís: ¿no pudo ser sincero con ellas y darles a elegir? Pero ellas se dejaron arrastrar y siguieron, ya sea por comodidad, amor o lo que sea. Antes eran más factibles estas historias y casi siempre del lado masculino. Para una mujer es muy complicado desde la maternidad misma. Además, con el teléfono celular, internet, Twitter, es mucho más difícil. La verdad, ¡se complica tener ahora una doble vida!

El hacer teatro es completamente diferente a ?las malas? que venía haciendo en televisión. Lo de ?la mala? fue otra historia que me encantó hacer. Cuando terminó, terminó. Con el teatro me pasan cosas diferentes, es otra forma de abordar el trabajo. La tele tiene otros tiempos, el trabajar con el ?aquí y ahora?, con una historia que se va rearmando. En cambio, acá todos los días es igual pero distinto. Tus compañeros no están igual, ni la obra funciona de la misma manera aunque estés contando lo mismo. Eso te permite afinar y pulir el personaje a medida que pasa el tiempo. El día del estreno eso no está; sólo tengo un boceto armado que voy modificando. No sentí que el personaje de villana, de mala o de loca se haya involucrado en esto. Con respecto al público, es loco: mucha gente me felicita, le gusta. Sólo una vez me pasó que el público aplaudía y una señora dijo: ?¡Chau, Juana!?. Está bueno que me vean haciendo algo completamente diferente y se lo agradece. También está el que no consume televisión y me conoce sólo del teatro. Aquí no viene tanta gente joven porque el teatro comercial tiene una entrada no tan accesible. El público es heterogéneo, y eso está bueno.

Impasse 2: Charlamos sobre el día en que fui a ver la obra, cuando un espectador se descompuso y se tuvo que interrumpir la función para el arribo de los médicos. Eleonora recuerda el momento y se emociona por esa situación. También se emociona al recordar sus comienzos.

El minuto siguiente de bajar de escena es mágico, lleno de adrenalina. Me saco la ropa de escena, me pongo mi ropa y me voy rápido ya que tengo un viaje largo a casa. Es tarde a la noche y hay pocos autos en la calle. Me encanta poner música de acuerdo a mi estado. Necesito un tiempo para bajar, acomodarme y recién después me puedo ir a dormir. Dependerá también de cómo vino la función. Por ejemplo, ésa fue una situación muy chocante porque no sabíamos qué le había pasado al señor, cómo estaba. Un estrés terrible para todos. Fue muy difícil retomar un parate de 25 minutos, más en una obra como ésta, tan al palo e intensa. El público fue muy agradecido e hicimos lo que pudimos en esa situación. Si al público le das lo mejor, vos sentís su energía. Es el ida y vuelta maravilloso que tiene el teatro.

Lo primero que hice fue Annie, una comedia musical, mientras que Mesa de noticias fue lo primero en tele, con los hermanos Mesa, dos seres humanos increíbles. Juan Carlos Mesa, ¡un hombre increíble! Hace un tiempito, en lo de Susana Giménez, le hicimos un homenaje y estuvimos todos los de Mesa de noticias. Fue muy fuerte y emocionante. Se abrió la cortina y ya estaba lagrimeando. Después de ese programa seguí aprendiendo, trabajando con placer y dando lo mejor. Eso sí, trataría de no enojarme con cosas que no valen la pena. Es tan subjetivo lo que puedan ver los otros de vos. En algún lugar, uno tiene que saber que no le va a gustar a todo mundo. Igual, con la popularidad me llevo bien. En realidad nunca fue algo que me pesó. El haber empezado de muy chica hizo que fuera moviendo la cintura. Salvo a partir del último año, nunca fui muy popular; era conocida. Lo del año pasado fue distinto porque fue un suceso. La gente se acerca con cariño y respeto. Le estoy agradecida. Para mí es un halago.

Te puede interesar

Qué se dice del tema...