La silenciosa y milenaria cultura china atesora un adagio en forma de refrán, que con el implacable y cínico devenir de los tiempos modernos, pasó a manos de dueños ilegales y de boca sucia, que hicieron de la mala vida una rutina laboral. La leyenda urbana de fama apócrifa afirma que la mafia china suele dividirse en herméticas tríadas cuyos integrantes poseen un viejo refrán de cabecera: "Si quieres el perro, debes querer también las pulgas". La frase sirve con exactitud para describir el problema que enfrentan todos los políticos del mundo luego de que su deseo de campaña se vuelve real y deben enfrentarse a la gestión pública, con la carga de llevar a los hechos las promesas electorales. El caso del jefe de Gobierno de la Ciudad, Mauricio Macri, no es la excepción a la regla. Las declaraciones cruzadas y altisonantes sobre las medidas adoptadas por el macrismo en el área de Salud, ponen al jefe comunal ante la conflictiva situación de querer cambiar las cosas y lo problemático de su realización, que muchas veces no funciona como preveían los papeles teóricos.
La centralización de las compras de insumos para los nosocomios y el llamado a concurso para nombrar a las nuevas autoridades de los 33 hospitales capitalinos pasaron a ser cuestiones demasiado álgidas. Dos escenas distintas demostraron, con el transcurrir de los meses, las modificaciones que sufrió el plan original. A comienzos de esta semana, el titular del bloque legislativo del Frente para la Victoria (FpV), Diego Kravetz, presentó un pedido de interpelación para el ministro de Salud porteño, Jorge Lemus, a raíz del desplazamiento del director del Hospital Argerich, Donato Spaccavento. El kirchnerista criticó el sistema de concurso impulsado por el Gobierno comunal para la selección y designación de directores y subdirectores de los hospitales públicos porteños, al señalar que "se ha creado una junta seleccionadora de candidatos, pero que será Macri quien finalmente elija a las autoridades, sin ser condición la orden de mérito, como correspondería en un concurso público".
La salida de Spaccavento hubiera sido impensada en febrero, cuando a sólo un mes de la asunción de Lemus, el ex funcionario telermanista se comunicó telefónicamente con su colega. "Lo llamé porque lo conozco hace más de 20 años y me parecía que por una cuestión política debía ponerle mi renuncia a disposición. Pero no sólo no la aceptó sino que, además, me dijo que a partir de ahora había que trabajar en equipo y todos juntos para mejorar la salud de la población. A los meses de esa charla me dieron salida, así que no se cuáles fueron los motivos", narró a NOTICIAS URBANAS el propio Spaccavento, al describir la conversación mantenida con el ministro de Salud.
LA BOMBA INICIAL
En febrero, Mauricio Macri avaló la implementación de una nueva ley de compras centralizadas a través del Ministerio de Hacienda para insumos hospitalarios. Declaró que en los hospitales existían nichos de corrupción en esa áreas, que perjudicaban la atención al público. El ingeniero se refería a los llamados Fondos de Emergencia que funcionaban en cada hospital y se encargaban de realizar las compras de insumos, que según los macristas se hacían sin ningún control. La frase de Macri causó malestar en muchos nosocomios y desde varios sectores políticos cobró fuerza la hipótesis de una pelea por la "caja", entre el ministro de Salud, Lemus, y su par de Hacienda, Néstor Grindetti. "El jefe comunal no puede decir lo que dijo y no presentar las pruebas, tiene la obligación, como funcionario público, de hacerlo y si no lo hace está incumpliendo con sus deberes. En el Argerich inicié una investigación luego de esa acusación y no obtuve los resultados asegurados por el oficialismo. También, el nuevo sistema trajo falta de insumos y nadie puede decir cuántos pacientes se perjudicaron por eso.
Fue una especie de Cromañón encubierto", manifestó Spaccavento ante este semanario. Pero hubo más, la puesta en marcha del nuevo sistema provocó quejas varias por falta de insumos, debido a la lentitud del proceso para adquirirlos.
"El origen del problema se remonta al último semestre del 2007, cuando por una cuestión presupuestaria se compraron muy pocos insumos, con el agravante de que el último trimestre de ese año no se compró nada. Esto provocó una fuerte caída en el stock de insumos, en sus dos categorías, los básicos y los de alta complejidad, pero eso no significa que el faltante sea total, ya que las cifras oficiales nos dan la razón. Si comparamos los primeros semestres del 2007 y el 2008, vamos a ver que hubo un aumento del cinco por ciento en lo relacionado a cirugías en general, lo que quiere decir que se operó más y esto no se puede hacer sin los elementos necesarios", se defendió ante NOTICIAS URBANAS de las críticas de sus colegas, el director general de la Región Sanitaria Uno (organismo que depende del Ministerio de Salud capitalino), el cardiólogo Néstor Pérez Baliño. Ante la real falta de insumos reconocida por el oficialismo, las críticas de la oposición y la lentitud en la puesta en marcha del nuevo sistema de centralización; desde el Gobierno se adoptó una solución intermedia en lo referido a las compras. "Ante la urgente necesidad de materiales partimos en dos el tema de los insumos, para que los más urgentes puedan ser adquiridos por el hospital evitando la centralización ministerial y los de mayor complejidad sean comprados por el Gobierno. Además, instalamos una línea telefónica de 0-800 para recibir todas las llamadas que denuncien falta de insumos y de esa manera y en un lapso de tiempo muy corto, cubrir el faltante requerido", le señaló a este semanario una alta fuente del área de Salud, al explicar el parche que sobre la marcha aplicó el macrismo. El futuro prevé una solución del caso no muy distinta a esa.
"Dentro de treinta días pondremos en funcionamiento un programa informático para que de esa manera cada hospital pueda elegir sus compras, según sus necesidades, con lo cual ese listado pasará automáticamente al sector ministerial de compras centralizadas, que se encargará de llevarlas a cabo. La idea es poner a funcionar a pleno ese sistema, a más tardar, a comienzos del 2009. Estos cambios generan transparencia y mejores precios, pero algunos traspiés en su puesta a punto fueron aprovechados políticamente para pegarle a Macri", detalló Pérez Baliño.
LLUEVE SOBRE MOJADO
A la polémica desatada por la nueva forma de centralizada de comprar insumos, se sumó la iniciativa oficial de llamar a concurso público para elegir a los nuevos directores y subdirectores de los 33 hospitales públicos locales, lo que desembocó en las presentaciones de renuncia de los actuales médicos de los noscomios.
"En la Ciudad no se hacían concursos para esos puestos, entre otras cosa, porque hay dos carreras que se interponían y que debían ser reformuladas por la Legislatura. Una de ellas era la carrera de los médicos municipales y otra la de los médicos de los hospitales que eran de la Nación y habían pasado a la órbita capitalina en la época en que Domingo Cavallo era el ministro de Economía de Carlos Menem. Al no poder a llamar a concurso, Macri, por decreto, creó una comisión de selección encabezada por tres doctores retirados, de indudable prestigio y sin banderías políticas que en su momento fueron elegidos por concurso. Ellos les pidieron a los postulantes un currículum y una monografía sobre educación pública para de esa manera elegir cinco candidatos para cada hospital, de los cuales Macri seleccionará a uno para el puesto de director", señaló Pérez Baliño al dar los detalles del funcionamiento del nuevo concurso.
Sin embargo, Spaccavento criticó el procedimiento. "Los tres integrantes del jurado fueron puestos a dedo por Macri, además, no existen veedores y no están aclarados los criterios de selección. Yo me presenté ante ellos y supuestamente fui rechazado por cuestiones políticas, pero todavía no se me comunicó nada oficialmente. Por eso presenté una denuncia ante un organismo internacional, porque considero violados varios de mis derechos constitucionales", se quejó el ex funcionario porteño. "Spaccavento fue rechazado porque su currículum no tiene que ver con el perfil de sanitarista que se busca y su experiencia se centra más en los cargos políticos", le respondió Pérez Baliño a través de este semanario. El fuego cruzado parece lejos de apagarse.
(PUBLICADO ORIGINALMENTE EN EL SEMANARIO NOTICIAS URBANAS Nº 157, DEL 09/10/08).