La Alianza ganó pero no fue primera

La Alianza ganó pero no fue primera

En el comando electoral de la Alianza se vivieron diferentes sensaciones a lo largo de un día que no fue fácil para los políticos porteños. Al principio imperaba la confianza, pero cuando las cifras comenzaron a llegar, hubo momentos de zozobra, que al final, con la victoria confirmada, se convirtió en desilusión, tras una victoria ajustada y menor a la esperada. Recién a las 10 y veinte de la noche, Terragno se sentó frente al peridodismo, temeroso de repetir "la Gran Pinky", aquél papelón que protagonizó su amiga y protegida política hace dos años en La Matanza, cuando se adjudicó una victoria que aún no era tal


El cuartel general de la Alianza porteña estuvo cruzado el domingo por sentimientos encontrados , pero uno de ellos estuvo presente hasta el fin de la conferencia de prensa que encabezó Rodolfo Terragno a las 10 y 20 de la noche: la prudencia, que estuvo sazonada antes por la inquietud y una quieta desilusión, ante un resultado más ajustado de lo que se esperaba.

En las amplias y confortables oficinas de la calle Belgrano al 1300, en las que la Alianza recibió a la prensa, el movimiento empezó a las 17 y 25, cuando los jefes de campaña de Rodolfo Terragno, los diputados porteños Cristian Caram y Ariel Schiffrin, se presentaron ante los pocos periodistas que había en ese momento. Se limitaron a anunciar que a las 9 y cuarto ya estaban funcionando todas las mesas, que a las dos de la tarde el 40 por ciento del electorado ya había votado y para anunciar que a las seis de la tarde iban a tener los primeros resultados de boca de urna. Como al pasar, manifestaron que la única denuncia judicial hasta entonces era una contra Gustavo Béliz, por haber dado una conferencia de prensa a las nueve de la mañana. También dijeron que recién cuando los resultados estuvieran firmes, Terragno, Vilma Ibarra, María América González y Aldo Neri iban a dar una conferencia de prensa.

Fuentes extraoficiales anunciaban a esa hora que la Alianza estaba arriba en los cómputos por tres o cuatro puntos, y que su porcentaje de votantes era del 28 por ciento. La especulación se mostraría – con el correr de las horas – como excesivamente optimista.

A las 6 y 20 de la tarde, Schiffrin y Caram volvieron a enfrentar al periodismo para anunciar esta vez que cuatro encuestadoras diferentes le daban el triunfo a Terragno en sus encuestas a boca de urna. Se fueron prometiendo que a las 7 de la tarde iban a dar los resultados de 200 "mesas testigo", situadas en distintas circunscripciones electorales, que en elecciones anteriores habían entregado cifras similares a las definitivas.

Recién a las 8 y 25 volvieron los legisladores para enfrentar a los periodistas, que comenzaban a impacientarse. Informaron acerca de un muestreo sobre 50 mesas, que seguían dándole el triunfo a Terragno. Comentaron que el 70 por ciento del electorado había votado y que, entre votos en blanco y anulados, sumaban el 19,65 por ciento. Entregaron también algunas cifras: la Alianza sumaba el 23,90 por ciento, Béliz estaba en el segundo lugar con el 19,40, seguido por Bravo, con el 18,49 por ciento. Liendo se llevaba el 10,93 por ciento. Antes de irse, prometieron que en pocos minutos llegarían con los resultados de las famosas "mesas testigo".

La tardanza en volver de los voceros fue mayor que "unos minutos". Tan grande fue el tiempo muerto que los cronistas ya comenzaban a especular e incluso a afirmar que Terragno estaría en esos momentos poseído por el "síndrome Pinky" – presente en el "bunker" terragnista -. A las diez menos veinte, Schiffrin y Caram volvieron, esta vez con los cómputos de las 200 mesas. Las cifras para senadores le daban a Terragno el 23,01 por ciento, seguido por Béliz (Frente Nuevo País), que llegaba al 18,05. Bravo (ARI) le pisaba los talones al hombre de los "zapatitos blancos", con
el 18,04, mientras que Horacio Liendo sumaba el 10,77, seguido por los izquierdistas Norman Brisky (Autodeterminación y Libertad), con el 7,07 y Vilma Ripoll (Izquierda Unida), con el 6,08 por ciento.

Para diputados, las cifras daban para María América González el 21,11 por ciento, lo que significaba 4 bancas para la Alianza, entanto que el ARI sumaba el 13,09, que les entrergaba 2 bancas. Daniel Scioli (Unión por Buenos Aires), en tanto, sumaba el 10,09 por ciento, empatando con Luis Zamora (Autodeterminación y Libertad) y con Irma Roy. Se especulaba con que todos ellos ubicaban en ese momento dos diputados cada uno. Finalmente, se ubicaba Izquierda Unida entre quienes ganaban representación parlamentaria, con el 7,17 por ciento y una diputada, Patricia Walsh.

Finalmente, a las diez y veinte, Rodolfo Terragno, Vilma Ibarra, María América González y Aldo Neri se sentaron frente a los cronistas. Antes de responder a las preguntas, los candidatos, que ya habían dejado de serlo, enviaron un mensaje a los electores. Abrió el fuego Rodolfo Terragno,
que abundó en la descripción de las dificultades que debieron superar él y sus compañeros para llegar a lograr el primer lugar en las elecciones.

María América González, con su tono emotivo habitual, agradeció a la gente que los votó y se comprometió en trabajar para alcanzar consensos con la gente de todo el país. Le siguió Vilma Ibarra, que insistió en que "este modelo económico está agotado y ha fracasado". Luego agregó que "el voto-bronca debe ser escuchado por la política. Finalmente, Aldo Neri pidió "reconquistar a los que se expresaron en protesta".

Iniciando la conferencia de prensa, Terragno evitó pronunciarse sobre si la Alianza se rompería en el caso de que de la Rúa no cambiase el rumbo de la economía. El senador electo manifestó que ya había hablado con el reciente Premio Nobel de economía, Joseph Stiglitz, que desde hace tiempo viente calificando de "inútil" al Fondo Monetario Internacional, y con quien – aseguró – coincidió en que no hay que dolarizar ni devaluar. "Hay que evitar las tres "D", que son la dolarización, la devaluación y el default, y son un peligro para el país, e ir hacia las tres "R" de la reestructuración de la deuda externa", finalizó.

Apenas contestada la primera pregunta, entró al recinto el jefe de Gobierno Aníbal Ibarra, acompañado por la vicejafa, Cecilia Felgueras. Saludaron efusivamente a los ganadores, se quedaron un rato y luego se fueron, antes de que Terragno hubiera terminado con la prensa.

Cuando NOTICIAS URBANAS interrogó al ex jefe de Gabinete de de la Rúa acerca de si consideraba que los números de la elección eran una advertencia de la ciudadanía hacia la clase política, Terragno, algo molesto, respondió que "no sé qué quiere decir con clase política, porque los polìticos son todos diferentes. Son de izquierda, de derecha o de centro. Los hay sinvergüenzas y decentes, pero si usted se refiere a los políticos como una totalidad, sí hubo una protesta de la gente, pero le recuerdo que el 70 por ciento votó en forma positiva".

Las cifras finales de los comicios arrojaron un resultado que desmiente al senador electo de la Alianza: en primer lugar, no votó positivamente el 70 por ciento de la gente. El 70 por ciento votó, pero de ese 70 por ciento, el 28 por ciento, aproximadamente, no votó a ningún candidato. Esto significa que casi el cincuenta por ciento de los electores porteños les negó el voto a todos los políticos que actúan en el distrito que es la capital de los argentinos. Por si esto fuera poco, el voto en blanco, el voto nulo y el voto impugnado sumaron más que el ganador de la elección.

En los pasillos y en las oficinas que rodeaban a la sala de prensa, mientras tanto, se producían reapariciones inesperadas, como la del ex concejal Roberto Larrosa, reciclado actualmente como dirigente de fútbol, que departía amablemente con Horacio Calzón Flores, ex presidente del bloque radical de concejales y con Ricardo Marcos, antiguo presidente del Concejo Deliberante.

En la calle, unas 70 personas agitaban fervorosas banderas y aporreaban bombos y redoblantes. Parecía que más el alivio que la alegría era el sentimiento que los movilizaba.

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