El acuerdo al que llegó el ministro de Salud, Ginés González García con los representantes de las tres cámaras que agrupan a los laboratorios de productos medicinales dio origen a la canasta de medicamentos que agrupa a 150 monodrogas y 216 marcas comerciales. De esta manera los medicamentos volverán a costar lo mismo que en diciembre.
Sin embargo esta medida es cuestionada por dos razones, la primera es que no contempla a las drogas para combatir ni al cáncer ni al Sida; la otra es que el precio se retrotrae a diciembre, cuando los laboratorios vienen aumentando los precios desde mucho antes que esa fecha.
La legisladora porteña Vilma Ripoll (MST-Izquierda Unida) cree que "volver los precios a diciembre no soluciona nada, porque ya entonces los medicamentos eran carísimos y la miseria impide que millones de pacientes puedan acceder a ellos". Además caracterizó esta canasta como "el cuento de Caperucita", porque "para enfrentar de verdad a ese lobo insaciable que son los laboratorios privados extranjeros y nacionales, la salida es aumentar la producción de los más de 20 laboratorios estatales que ya están funcionando y elaborando medicamentos genéricos."
"Las 12.000 marcas comerciales actuales – explicó Ripoll – son sólo combinaciones de las 380 drogas básicas que, según la Organización Mundial de la Salud, cubren casi todas las patologías". La diputada expresó que "hoy los laboratorios estatales estarían en condiciones de producir y canjear remedios genéricos para atender el 50% de las enfermedades, a precios 20 o más veces inferiores a los del mercado". "Con un poco de inversión -argumentó Ripoll- podrían llegar a cubrir el 90% y así el Estado podría entregar remedios gratuitos en los hospitales públicos. La Ley 752 que votamos la semana pasada en la Legislatura de la Ciudad incluye varias medidas concretas en ese sentido y es preciso movilizarse para exigir su cumplimiento", puntualizó.
La diputada también hizo una comparación entre los precios de algunos medicamentos de la canasta y otros producidos en los laboratorios estatales. Por ejemplo el Trifamox 500 miligramos de 16 comprimidos (nombre comercial), cuya droga es la Amoxicilina, cuesta 11, 56 pesos si se lo compra mediante la canasta de medicamentos y un peso si se lo hace a traves de un laboratorio estatal. Otro caso emblemático es el del Tegretol 200 miligramos de 60 comprimidos, cuya droga es Carbamacepina. La diferencia entre ambos precios es de 29 pesos.
El legislador de la ciudad de Buenos Aires, Eduardo Lorenzo Borocotó (PJ), afirmó que "no están todos los medicamentos en esta lista, por ejemplo el Benadril, uno de los remedios más utilizados por los chicos no está. "Además, al ver la lista, noté que no están los medicamentos que más aumentaron de precio", manifestó el diputado porteño.
Lorenzo Borocotó catalogó a la canasta de medicamentos como un "paliativo", que de no resolverse la situación económica del país no servirá de nada. En cuanto a los medicamentos genéricos, también le asignó el mismo adjetivo, además agregó que "si la producción de drogas se realizará a través de organismos estatales, ¿quien invertirá para que se descubran nuevos medicamentos?".
"Ripoll tiene razón, -expresó Lorenzo Borocotó-, los medicamentos vienen aumentando desde hace diez años, por ejemplo un anticonvulsivo de 20 comprimidos cuesta en Argentina el doble que la misma marca por 200 comprimidos en España".
Los legisladores Lorenzo Borocotó y Ripoll no son los únicos que cuestionan la canasta de medicamentos, también el presidente de la Asociación de Médicos Municipales de la Capital, Jorge Gilardi, considera que esta medida "es un paliativo" y que "el descenso de precios no es muy significativo" ya que "los medicamentos siguen siendo caros". Además agregó que "el uso diario está más o menos satisfecho. En general no faltan drogas, pero sí formas farmacéuticas y dosis en especial".
También se despacharon en contra de esta medida, el presidente del área de Farmacia del Colegio de Farmacéuticos y Bioquímicos de la Capital, Marcelo Peretta, el secretario del comité de Pediatría General Ambulatoria de la Sociedad Argentina de Pediatría, Emilio Boggiano, el titular de la Confederación Farmacéutica Argentina (COFA), Daniel Alvarado y el vicepresidente del Colegio de Farmacéuticos de la Provincia de Buenos Aires, Enrique Padín.