La alianza pergeñada entre el eterno diputado Jesús Rodríguez y Cristian Caram, aparece a priori como la mejor posicionada para los desafíos futuros del centenario partido porteño. A ellos se les suma Gabriela González Gass y una porción importante del delarruismo que saldrá a la cancha con discurso reciclado progresista. El problema para ellos (y entre ellos) es que pasa si la relación con Ibarra pega un vuelco y se tienen que quedar a competir con el sello de la pluma y el martillo. Analizan también una alianza con Pascual y con el Coti, pero es poco probable ya que, no sólo tendrían que repartir con ellos sino con cualquiera que se les ponga enfrente.
La tropa del ex presidente, que comanda Rafael Pascual se encuentra en pleno proceso de dispersión, muchos de ellos tentados por el aparato oficial del vicepresidente primero de la Legislatura, Cristian Caram. Su único aliado, Enrique "Coti" Nosiglia y su agrupación Cambio ya tiene una interna puertas adentro con Nuevo Cambio y no logran acertar el rumbo tras la debacle en la que quedaron inmersos luego de la huída de Fernando De la Rúa.
Un ex nosiglista, el legislador Daniel Bravo habría tentado a Sandra González, la presidente de ADECUA y ya tendría todo cerrado con Gustavo Lesbergueris, uno de los eficientes funcionarios de la Defensoría porteña. Este grupo que coqueteó con el ARI, quizás a raíz del parentesco con Don Alfredo, hoy a la luz de las posiciones abstencionistas de Lilita, seguiría el mismo camino de Ibarra, o sea correrse de un lugar que promete no competir. Cercano a este espacio se encontraría el ex funcionario Agustín Zbar, quien también se había sumado en su momento al grupo de adoradores de la chaqueña.
Un cuarto espacio en gestación es que lidera a nivel nacional Osvaldo Álvarez Guerrero, en "yunta" con Luis León, Luis "el changui" Cáceres y el sanjuanino Astudillo. Proponen regenerar la UCR con incompatibilidad de cargos para los que accedan al partido y le apuntan a la masa perdida de radicales que no votó más luego del fracaso del ’87, un segmento de afiliados de entre 50 y 65 años. Los jóvenes, dicen, "ya salen con contratos de Franja Morada y van por más". La cabeza visible de este grupo es el "turco" Emilio Wehbe.