Fue fabricado en Alemania y colocado en la terraza del edificio del antiguo Concejo Deliberante, que se inauguró en 1931. Durante ese año, tuvo la distinción de ser el más grande del mundo, con treinta campanas que alcanzaban un peso total de 27.350 kilogramos, todas ellas grabadas con el Escudo Municipal en relieve y con las palabras "H. Concejo Deliberante de la Ciudad de Buenos Aires". Este miércoles, será la atracción principal de la fiesta por el aniversario número 70 del edificio en el que se encuentra. Vuelve el carillón porteño luego de cuatro años sin funcionar debido a las restauraciones que se llevaron a cabo en el parlamento de la Ciudad, cuando éste pasó de ser Concejo Deliberante para convertirse en Legislatura, a fines de 1997.
Entrevistado por Noticias Urbanas, el profesor de historia Carlos Wey, encargado de proteger los bienes del mencionado edificio durante la realización de las obras (y actual jefe del área de patrimonio de la Legislatura), explicó los motivos de su falta de funcionamiento durante este último período. "Cuando se iniciaron las obras de remodelación del palacio, el espacio en el que se ubicaba la pianola y el sistema eléctrico que acciona el mecanismo, fue destinado a otras funciones. Para su protección, la pianola fue guardada en el tesoro del Banco Ciudad. Ahora la trajimos de vuelta, para los festejos por los 70 años del edificio". "Las obras de restauración – agregó Wey – incluyeron también al carillón. Mediante un acuerdo con la embajada alemana se pudo reemplazar las campanas que se encontraban en mal estado por otras similares".
El organista Carlos María Morelli será el encargado de ejecutar las partituras musicales durante la celebración, que comenzará a las 18 y que incluirá también una muestra de fotos históricas en el Salón de los Pasos perdidos.
"Para el concierto -aseguró Wey- la pianola del carillón va a ser instalada en un lugar provisorio, en el cuarto piso. Después, la vamos a desenganchar y guardar hasta que la ubiquemos en un sitio definitivo: una construcción especial que se realizará en la terraza. Pensamos poner allí la instalación eléctrica y hacer una muestra permanente con fotografías antiguas. Y con las campanas originales que fueron reemplazadas durante la restauración".
El mecanismo del carillón se acciona por medio de un teclado manual -la pianola- , dotado de treinta teclas de madera, o automáticamente, utilizando rollos perforados. El sistema permite también grabar rollos con nuevas melodías musicales. La campana menor, con sonido en "do", pesa 40 kilogramos. La mayor, en cambio, está afinada en "sol" y es 107 veces y medio más pesada: ostenta 4.300 kilogramos.