Podría fracasar el proceso de licitación que inició la Coordinación Ecológica Área Metropolitana Sociedad del Estado (CEAMSE) para abrir, en zonas despobladas, nuevos centros de disposición final de residuos. La noticia causa malestar entre los funcionarios de la Secretaría de Producción, Turismo y Desarrollo Sustentable de la Ciudad, a cargo de Eduardo Epszteyn, y los moradores de Chacabuco 175, sede del partido de Mauricio Macri.
Ocurre que, hace un mes, el secretario porteño había logrado, en territorio enemigo, que el líder de Compromiso para el Cambio le asegurara el apoyo de los legisladores macristas al proyecto de ley en el que se pide la autorización para que la Ciudad aporte avales por 13,5 millones de dólares para que la CEAMSE obtenga un crédito en el exterior. Sin embargo, hubo rebelión en el country macrista y el proyecto nunca vio la luz.
Fuentes de Chacabuco prefirieron guardar silencio ante esta situación, a la que catalogaron de "muy complicada". En la CEAMSE prefieren tomarse las cosas con más calma, más acostumbrados a las idas y vueltas de la gestión pública.
Pero la tensión va en aumento y hay dos datos que reflejan la magnitud del problema. Por un lado, a una semana de que finalice el plazo, ninguna empresa pagó los 70 mil pesos para comprar los pliegos de la licitación; y por el otro, los municipios de Campana, Lobos, Coronel Brandsen, Olavarría, 25 de Mayo y Punta Indio, ya aprobaron normas que prohíben la radicación de un centro de disposición final de residuos en los límites de su distrito.
Al respecto, el presidente de la CEAMSE, Carlos Hurst, manifestó: "Cuando los pliegos están en Internet, como en esta ocasión, generalmente los compran el último día. Ahí sabremos del éxito o fracaso de la licitación. En todo caso, si naufraga este proceso, nos reuniremos el 17 (día en que vence el plazo para comprar los pliegos) con el jefe de Gobierno de la Ciudad y el gobernador de la Provincia de Buenos Aires para definir soluciones".
"Así como hemos recibido consultas de algunos municipios, hay otros en los que la sociedad ha manifestado su rechazo", señaló Hurst. Por lo pronto, a las empresas que quieren presentarse a la licitación se les complica obtener el certificado municipal en el que se autoriza la recepción de 60 mil toneladas mensuales de residuos.
Por lo pronto, quienes lograron que se les deshabilitara los rellenos ya existentes son Villa Dominico -que ya no recibe camiones- González Catán y Ensenada. Este último firmó un convenio con la CEAMSE para cerrar el predio el 31 de diciembre, de forma tal de no enterrar más las mil toneladas que en promedio recibe por día.
La licitación es parte de un programa de la CEAMSE para trasladar los rellenos sanitarios fuera del Área Metropolitana Buenos Aires (AMBA). La empresas oferentes deben proveer el terreno, presentar un plan de transporte, construir al menos dos estaciones de transferencia en la zona sur del área metropolitana y operar el sistema por diez años.
"La importancia de la concreción de este programa, radica en que, de no llevarse a cabo, 13 millones de habitantes enfrentarán muy serios problemas ambientales y de salubridad, ya que no habrá capacidad instalada para la recepción de los residuos que se generan en el Área Metropolitana de Buenos Aires", había dicho el jefe de Gobierno de la Ciudad, Aníbal Ibarra, al momento de presentar el proyecto legislativo.