Los compartimentos parecen estancos, se manejan como feudos o republiquetas independientes siendo escasa la coordinación entre ellas, algo fundamental a la hora de poner en marcha la gestión y que se verifica por estos días en la pobrísima ejecución del presupuesto de cada ministerio que puede mostrar el gobierno de la Ciudad. Es cierto que en el último mes algunas áreas se empezaron a mover un poco más y que es más visible el bacheo, pero poco más.
Esto ha generado cierto grado de preocupación hasta en el propio jefe de Gobierno, que intuye que por estos días la lupa del poder político y mediático se posarán sobre él midiéndole las costillas siendo uno de los dirigentes que mejor parado salió de la crisis del campo con el gobierno. El encargado de coordinar su gestión es por supuesto el jefe de Gabinete Horacio Rodríguez Larreta y es por allí que empiezan los ruidos y las intrigas en el palacio de Bolívar 1.
El ministro con mejor imagen en el gabinete es el encargado de Hacienda y Finanzas, Néstor Grindetti. Este reconocimiento se verifica incluso en los políticos de la oposición, pero generó cierta rispidez y celos de Rodríguez Larreta, quien debe articular las áreas y los proyectos del conjunto pero depende de las decisiones presupuestarias que arbitre Grindetti.
La fría realidad marca que muchos integrantes de las segundas líneas que colocó Rodríguez Larreta en el Gabinete están siendo cuestionados no sólo por la oposición sino en algunos casos por los propios ministros.
La preocupación del jefe de Gobierno terminó en una reunión con ambos ministros, Rodríguez Larreta y Grindetti, en la cual se acordó que la dupla inicie una serie de encuentros con el resto de los ministros del gobierno, para coordinar primero los objetivos y luego el presupuesto de acuerdo a los mismos. También en esa ?cumbre? se acordó que trabajarán en conjunto las segundas líneas de cada uno y hasta quedó en manos de un hombre de Horacio la estratégica Dirección de Compras y Contrataciones.
Una encuesta publicada por este medio de fines del mes pasado -de Hugo Haime- pone a Gabriela Michetti 16 puntos por encima de Horacio en la competencia metropolitana (38 a 22) con vistas al 2009. Si bien la elección esta todavía demasiado lejos producto de las turbulencias nacionales a las que nos tienen acostumbrado los Kirchner, son muchos los legisladores porteños que debe renovar en PRO y en el caso que sean desdobladas la incógnita será qué elección privilegiarán ante la escasez de candidatos. ¿Insistirá Macri con la Constituyente? Sólo Ibarra (el enemigo deseado) lo acompaña en la aventura.
Desde la Legislatura tampoco llueven rosas para el jefe de Gabinete, en donde el megabloque de 27 diputados, si bien ha logrado la mayoría de los requerimientos del Ejecutivo, lo sucedido tiene su origen más en la ?muñeca? de Diego Santilli que en la multitud de legionarios de Rodríguez Larreta que poblaron las bancas en 2007, con pocas ideas y ?respuesta cero? en el recinto, donde son apabullados en la oratoria cada jueves por la oposición, ganen o pierdan.
Más problemas tiene el subbloque de Recrear, que se sabe perseguido por los paladares negros de Mauricio: ?Ahora son siete, pero vamos a ver en el futuro cómo les va?, desafían cerca del ingeniero y continúan: ?encima están todos peleados, alquilaron una cabina telefónica para la interna?, dicen socarronamente mirando la realidad del partido que alguna brilló a nivel nacional con Ricardo López Murphy y hoy languidece en manos de Esteban Buillrich, un ex ministro que estas mismas fuentes no quieren mucho.?No hizo un pomo en Desarrollo Social y encima ahora viene por más, suerte que ya asumió Mauge?, por María Eugenia Vidal.
Marcos Peña es una de las debilidades de Macri y su destino no sería nada extraño que fuera electoral el año entrante. El joven dirigente es hoy una de las promesas sobre la que el propio jefe de Gobierno apuesta fuerte en público. Marquitos, como se lo conoce, es otro de los que no atiende mucho las sugerencias de Horacio y mucho menos el hosco secretario de Medios, Gregorio Centurión, quien jamás altera su estilo gélido y de pocas pulgas, una actitud bien parecida a la de su jefe y amigo, Mauricio.
La poca densidad política del macrismo (un sello registrado) es otra de las preocupaciones que anida en la cabeza del ex presidente de Boca. La gestión se ha retrasado en parte por la carencia de cuadros políticos con experiencia en la función pública y parece que Daniel Chaín quiere seguir soñando los proyectos faraónicos de sello Socma, mientras Cabrera y Montenegro (también provenientes de otros horizontes) recién van acomodando la carga de a poquito. En ese contexto, el ministro de Cultura, Hernán Lombardi, hace pesar internamente su racionalidad política por sobre los experimentos raros que inventan sus pares y en una ciudad en donde cualquier dirigente de extracción radical hace de la Cultura una interminable serie de eventos, Lombardi no es la excepción. Juan Pablo Piccardo le pone el pecho a todo lo que tiran con resultados varios. Espacio Público divide elogios y críticas por igual desde afuera del gobierno pero el propio Macri no ha medido costos en defensa de sus decisiones.
Hasta cuándo, sólo Macri lo sabe. Este es otro lugar más en el cual Horacio fue golpeado con sus funcionarios cesanteados.
Como se observa en esta recorrida, son varios los frentes en los que juega el celoso jefe de Gabinete de la Ciudad, un pacman de espacios en el inicio de la gestión, que sueña con que las cosas funcionen como en su tablero de control. Pero la realidad es distinta, la imagen positiva de Macri disimuló la descoordinación, la hizo menos visible, pero en el gabinete todos saben que del tablero saltaron varios tapones. Su jefe tomó recaudos y cuida la térmica. Ahora Grindetti caminará a su lado.
