Este lunes, mientras recorría parte de las obras de la nueva línea H de subterráneos, el jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, Aníbal Ibarra, manifestó que "más allá del reclamo que seguimos haciendo pública y privadamente para la transferencia de la Policía y la Justicia, hoy ustedes están viviendo numerosos procedimientos policiales en la ciudad de Buenos Aires, creo que hay que tratar de mantener esto".
La ciudad perdió su oportunidad del traspaso policial cuando en el ’99 ganó la Alianza, tanto a nivel nacional como en la Ciudad. Allí, a pesar de contar con una pomposa Secretaría de Justicia y Seguridad -ahora disuelta-, nada se hizo en ese rumbo y ahora el Ejecutivo nacional y la institución policial están abroquelados en una cerrada negativa para su efectivización. Es el Estado Nacional el que actualmente diseña y actúa en la prevención de la seguridad de los ciudadanos de la Capital, algo que a futuro puede constituir un problema si cambian las condiciones y la Ciudad no avanza hacia una participación protagónica en este terreno político, donde parece haber resignado su autonomía.
La seguridad es uno de los principales temas de debate instalados entre las fuerzas políticas de la Capital, e incluso en el seno del propio Frente Grande. Días atrás, en el lanzamiemto de la corriente Alternativa Popular, Horacio Spandonari criticó el hecho de "vivir de prestado, por lo inestable de la solución" en materia de seguridad, y reclamó mayor voluntad política mas allá de que no se produzcan los traslados solicitados. Entre otras cosas, se manifestó a favor de una policía local "que se podría encargar de cuestiones menores, como las multas de tránsito, y pagar los adicionales de los federales para fortalecer la seguridad de los vecinos".
"La prevención es fundamental -dijo Ibarra – y esta tarea de prevención del delito que está desarrollándose en la ciudad de Buenos Aires hace que, en el medio de la debacle que hay en otro distrito en términos de seguridad (por la Provincia de Buenos Aires), la ciudad de Buenos Aires pueda mantenerse de alguna manera".
Lo que no dice Ibarra es que la debacle de la seguridad en Buenos Aires es en buena parte el producto de la decisión federal de aislar a la Capital del delito y no un logro de su "desaparecida" Secretaría de Seguridad.