La Línea B del subterráneo seguirá funcionando, al menos hasta el lunes, con un esquema de emergencia entre las estaciones Los Incas y Juan Manuel de Rosas al no haber encontrado un acuerdo con la Asociación Gremial de Trabajadores del Subte y Premetro (AGTSyP) los funcionarios del Gobierno porteño.
El lunes volverán a encontrarse los representantes sindicales, los empresarios de la empresa concesionaria Metrovías y los funcionarios gubernamentales. El encuentro se producirá tras haber sido declarado el jueves a la tarde un cuarto intermedio, en medio de una serie de reuniones en las que abundaron las rispideces y que no arrojaron resultados a causa de la actitud intransigente de las autoridades de Subterráneos de Buenos Aires – Sociedad del Estado, que intentaron sabotear la presencia de los integrantes de la AGTSyP, convocando de sorpresa a su gremio rival, la Unión Tranviarios Automotor (UTA).
Cuando la posibilidad de un acuerdo con los trabajadores parecía alejarse, las autoridade convocaron al “gremio amigo” de UTA y anunciaron un arreglo con éste para implementar durante 15 días un cronograma de servicios de emergencia entre las estaciones Los Incas y Juan Manuel de Rosas, la extensión del subte inaugurada el 26 de julio último.
El secretario general de la AGTSyP, Roberto Pianelli declaró en la mañana del viernes que “a último momento nos quisieron cagar, llamaron a UTA a último momento y anunciaron un acuerdo que no existe”.
Luego, Pianelli relató a Noticias Urbanas la recorrida que efectuaron por las cuestionadas estaciones Rosas y Echeverría, convocados por las autoridades. “Fue después de que apareciera una foto en el diario La Nación, en la que se ven filtraciones, porque hasta ese momento no nos dejaban entrar a ver las instalaciones. Fuimos a recorrer las estaciones y levantamos actas de nuestros reclamos y de lo que decían ellos. El problema surgió cuando dijeron que no iban a aceptar que se forme una Comisión de Higiene y Seguridad en conjunto. Nosotros no podemos aceptar lo que decidan sin saber previamente qué hicieron”.
El problema principal, según Pianelli, es que “hay instalaciones que están bajo las napas de agua y existen filtraciones por todos lados. Hay cajas de cables de alta tensión inundadas y tableros que están debajo de otras filtraciones.