Hasta el 11 de abril se realizó la exposición "Cien años del afiche ruso" en el Centro Cultural Recoleta. La muestra exhibió gran parte de las mejores obras de arte del cartel ruso de los últimos cien años. Se expusieron afiches firmados por reconocidos pintores, gráficos y artistas constructivistas rusos de fines del siglo XIX, como Rodchenko, Stepanova, los hermanos Stenberg, Cheremnij, Toidze, Zelenskiy, Vrubel, Lanzaret y otros.
Compuesta por unos 120 afiches, representados a escala y exhibidos por orden cronológico, la muestra reflejó las diferentes etapas históricas de la vida de Rusia. Por ejemplo, se pudieron apreciar piezas históricas que pedían, en los tiempos de la Revolución, voluntarios para el ejército; afiches casi didácticos destinadas a estimular el aprendizaje entre los campesinos analfabetos y, en tiempos de la Segunda Guerra Mundial, obras que manifestaban duras críticas a Hitler y el nazismo. También hubo carteles de la década de los ’90 que reflejaban el deseo de obtener los beneficios propios de un sistema de gobierno capitalista.
Como bien se apuntó en la presentación de la muestra, muchos carteles "marcan el pulso del tiempo, son símbolos ardientes de la época" y funcionan de esta manera como "cronistas de la historia viva de Rusia".
Entre las piezas exhibidas, hubo obras de principios del siglo XX, tiempo en el que los artistas constructivistas rusos incorporaron en los afiches nuevos elementos -como las tipografías de palo seco, pesados filetes y un preciso uso de la simetría y de los colores rojo, blanco y negro- y nutrieron al arte del cartel imponiendo un nuevo estilo. El arte ruso ejerció en este aspecto una indudable influencia sobre movimientos artísticos posteriores, como el diseño gráfico suizo-alemán de las primeras décadas del siglo y el movimiento denominado La Nueva Tipografía.
Si bien la exposición -instalada en la Sala 4 del Centro Cultural- estuvo claramente sellada por un aire constructivista, también se mostraron afiches de otros estilos como el neoruso, el art nouveau, el realismo socialista y el llamado "diseño intelectual".