Todos los bloques legislativos estuvieron de acuerdo en que Marta Scaravaglione debía renunciar, aunque asumieron distintas actitudes finalmente a la hora de votar. En virtud de una auditoria interna, el banco descubrió su responsabilidad en la apertura de 63 cajas de ahorro en distintas sucursales de la entidad, que utilizó para evadir el "corralito" por un monto cercano a los 150.000 pesos.
"Los diputados de la oposición quieren aprovechar la oportunidad, pero se conformarían con la renuncia de Scaravaglione y un discurso criticando la gestión de Feletti", expresó una fuente de la Legislatura por la tarde.
Sin embargo, la funcionaria cuestionada dijo que no renunciaría y que quería que la echaran, con la loca esperanza de que sus "correligionarios" se solidarizarían con ella. Este requerimiento complicó la negociación. Los diputados belicistas afirmaban que si no renunciaba, sería Feletti quien debería abandonar su cargo. Tanto Guillermo Oliveri cono Jorge Srur, ambos peronistas, presentaron proyectos pidiendo informes sobre las maniobras de Scaravaglione.
La reunión de directorio del Banco Ciudad se prolongaba esta tarde más de lo esperado. El cuarto intermedio que se les concedió en la sesión para resolver este problema debía concluir a las 17, pero dos horas mas tarde no se había tomado determinación al respecto y la sesión recién se reinició alrededor de las 20. Los legisladores radicales tuvieron que luchar fieramente para convencer a Scaravaglione -delarruísta de la primera hora- para que renuncira, algo que lograron recién a última hora.
Ya en el recinto, el peronismo propuso una Comisión Investigadora y la citación al titular del Banco Ciudad, Roberto Feletti, para que declare ante el cuerpo. Con la ayuda del Interbloque Porteño, Forja 2001 y el ARI, la Alianza logró bloquear la iniciativa y la sesión se cayó, alrededor de las nueve de la noche.