Sergio Wolf, crítico de cine, programador y ex director de la revista Film, será el nuevo director del Bafici (el Festival Internacional de Cine Independiente de Buenos Aires en su versión 2008), la primera bajo el gobierno de Mauricio Macri.
La danza de nombres previa -que incluyó a Wolf, a Edy Flehner, y a Andrés Di Tella- fue operada desde diversos blogs y algunas revistas, sólo a título de confundir o engañar pero no tanto.
Este medio, el día que Flehner fue puesto en circulación como posible candidato, en la oficina de prensa de Lombardi, una colaboradora del operador turístico devenido funcionario cultural, confirmó la especie.
En la conferencia de prensa que Wolf dio después de anunciar la aceptación del cargo que acaba de abandonar Fernando Martín Peña, por incompatibilidades ideológicas insalvables, el nuevo director pidió que el Bafici estuviera libre de ataduras políticas de coyuntura: principios o aventurerismo, habrá que ver.
José Nun, secretario de Cultura de la Nación, calificó los primeros pasos de Lombardi, un empresario del turismo, radical de la banda sushi y ex candidato de Ricardo López Murphy, como "faltos de una orientación clara".
En esa misma línea, la ensayista Beatriz Sarlo, recordó hoy en un artículo aparecido en el diario Perfil, que en los países serios, un cambio de gestión no implica automáticamente un cambio de funcionarios, y mucho menos un pedido de renuncia sin derecho a réplica.
Según la autora de "Tiempo presente", el pianista Daniel Barenboim en Europa es un ejemplo de eso, o los programadores y directores de la BBC inglesa, otro. Sarlo no dice que el gobierno de Macri no pueda cambiar funcionarios sino que cuestiona la metodología y la oportunidad.
Sin embargo, lo que más llama la atención es que Macri haya pretendido rebajar el dinero destinado para el Bafici (ya votado en el presupuesto), y la utilización de blogs afines a la ideología del empresario para hacer circular versiones falsas o simplemente rumores.
