?Vengo de firmar el contrato para abrir el local, que ya era el paso obligado. Tienen la primicia?, suelta entusiasmada Luciana Ríos Benso, de Ríos Benso, un proyecto que ya había ganado el concurso Desarrollo Emprendedor 2009 del Gobierno porteño, con premio y beca incluidos. Ella apunta a dejar huella ofreciendo ?zapatos de antología?. Y resulta que esta propuesta de calzado antifetiche de temporada es una de las 59 seleccionadas ?entre casi 600? de la cuarta edición de Buenos Aires Emprende, el programa promovido por la Subsecretaría de Desarrollo Económico del Gobierno porteño.
¿En qué consiste? Juan José Castro, coordinador general del programa, lo explica: ?El Buenos Aires Emprende prevé el otorgamiento de un aporte no reembolsable orientado a cofinanciar la implementación de cada uno de los proyectos aprobados y la asistencia técnica por parte de la entidad patrocinante por un año. El monto total, en esta oportunidad, asciende a 2.300.000 pesos, más el aporte de contraparte de 4.000.000 que deberán financiar los titulares de los proyectos. Pero es interesante destacar que, más allá de la ayuda económica, los ganadores valoran muchísimo el asesoramiento de las instituciones que los patrocinan. Muchos venían buscando eso en realidad?. Gisela Ludiedro, de Ludiedro, asiente con la cabeza y agrega: ?Sí, necesitábamos un impulso?.
La suya es una empresa que diseña y produce juguetes de encastre orientados a generar ?experiencias lúdicas a través de exploraciones de la forma y la espacialidad?, patrocinada por la Facultad de Ciencias Económicas de la UBA. En criollo: se dedica a fabricar una suerte de Lego, pero de cartón y con precios que rondan los 100 pesos.
Guillermo Casey, por su parte, cuenta que conoció el programa oficial gracias a un cliente. ?Yo no sabía hacer un plan de negocios ni tenía mucha idea sobre marketing. En Creasis somos todos técnicos?, dice sobre su empresa, que emula el mecanismo de la reconstrucción forense: detecta fraudes informáticos y resguarda la evidencia digital para poder presentarla en un juzgado.
No hace mucho tiempo que Natan Burta, diseñador industrial, dejó Australia para meterse de lleno junto a su socio en el negocio de hacer bicis sustentables y de diseño, para el que se determinó, como monto total del proyecto aprobado, unos 75.200 pesos.
?El proceso de producción empieza con la búsqueda de cuadros de bicicletas, que suelen venderse por kilo para rellenar terrenos?, ejemplifica acerca del rodado de llantas blancas, venta por internet, vía locales de diseño y freno a contrapedal. Sin embargo, no se trata de una playera. ?No vamos a competir con ese tipo de bicicletas?, aclara.
Al igual que su emprendimiento, el de las piezas ecológicas que rankean bien en las jugueterías didácticas, el de las colecciones temáticas de zapatos-objetos de arte y el de las aplicaciones automatizadas que generan reportes al resguardar datos y detectar fraudes informáticos, pasaron una etapa inicial de preselección a cargo de unas 14 entidades patrocinantes.
Entre ellas figuran Fundes Argentina Asociación Civil y el Instituto de Emprendimientos Científicos y Tecnológicos. Luego hubo una fase de evaluación que incluyó el análisis técnico, económico-financiero y jurídico de la propuesta y una defensa a cargo de los emprendedores ante los evaluadores de la Subsecretaría.
Además, especialistas de la Facultad de Psicología de la UBA ponderaron el perfil actitudinal de los participantes. Pero ahí no terminó el asunto. Más tarde, llegó el turno del coaching empresarial de propuestas de menos de dos años de existencia que, en la mayoría de los casos, se alinearon en los rubros de diseño y tecnología. ?Guardan una estrecha relación con el actual perfil productivo de la Ciudad?, afirma Castro.
?Para los emprendedores es muy provechosa la red virtual y física que se va propiciando con sus pares. Pueden articular sus objetivos y compartir experiencias en la web y también, por ejemplo, en las mesas redondas y las distintas actividades que vamos organizando?, dice Juan José Castro.
Luciana Ríos Benso confirma que así es, que sus consultores de marketing son emprendedores porteños que también pasaron por el filtro de lo sustentable, lo novedoso y lo competitivo.
Apuntamos a emular experiencias exitosas
Por Gustavo Svarzman*
Las pymes son actores fundamentales en el proceso de desarrollo económico y social sustentable de la Ciudad. No sólo constituyen la inmensa mayoría de las empresas que aquí operan (98 por ciento), sino que son las generadoras de buena parte del empleo (48 por ciento del trabajo registrado, y un valor aún mayor si también se considera el empleo informal).
Como ejemplo concreto de la relevancia de este fenómeno, es oportuno señalar que de los 280 mil empleos formales creados en la Ciudad luego de la crisis de 2001-2002, un 60 por ciento fueron generados por pymes y emprendedores.
Todos los años se crean entre 12 mil y 15 mil empresas formales en la Ciudad, al tiempo que desaparecen o dejan de funcionar otras tantas. Si bien este fenómeno se relaciona estrechamente con la parte del ciclo por la que, en cada momento, atraviesa la economía nacional, no es menos cierto que una tarea indelegable de cualquier gobierno local se vincula con la generación de redes y/o espacios que tiendan tanto a favorecer y potenciar el proceso de desarrollo e implantación en el mercado de estos nuevos proyectos o negocios, como el de propiciar la existencia de instrumentos capaces de brindar asistencia a quienes enfrentan dificultades en sus primeros pasos en el complejo mundo de la producción o el comercio.
En cualquier caso, esta enorme capacidad de emprender proyectos y de ?hacer? que todos los años pone de manifiesto una parte importante de la sociedad porteña ?y que es sin duda el resultado de nuestros mandatos familiares, nuestra cultura y seguramente también de nuestra historia reciente, con todas sus luces y sus sombras?, no sólo nos diferencia positivamente de otras ciudades o regiones con menos dinamismo, sino que es un activo de creciente valor frente a los grandes desafíos que tenemos de cara a los próximos años, particularmente en el plano de la generación de empleos y del desarrollo económico y social.
En este sentido, iniciativas como Buenos Aires Emprende, Desarrollo Emprendedor, Baitec o Incuba, orientadas a estimular e impulsar el desarrollo de la cultura y la práctica emprendedora en diferentes segmentos de la población porteña, son instrumentos de gran utilidad a efectos de poner en valor y potenciar los activos de los que dispone nuestra sociedad para generar bienes y servicios aptos de ser introducidos en el mercado local e internacional a partir de sus ventajas vinculadas fundamentalmente con la mano de obra calificada, el conocimiento, la creatividad, la diferenciación, el diseño o la calidad.
En definitiva, no apuntamos a inventar la rueda, sino a emular experiencias internacionales y/o locales exitosas en materia de promoción del desarrollo productivo en grandes urbes con características similares a las nuestras, con el fin de efectuar una contribución positiva a mejorar las condiciones de vida de quienes viven y/o trabajan en la Ciudad.
* Subsecretario de Desarrollo
Económico