Ni el diluvio pudo parar a Charly

Ni el diluvio pudo parar a Charly

El músico ofreció un recital para el recuerdo y colmó las expectativas de los 40 mil fans que el viernes por la noche desafiaron la tormenta para escucharlo en Vélez Sarsfield. Spinetta, el invitado especial.


(Puedes escucharme que el llover y el brillar
es sólo un estado mental.
Lluvia, no me importa.
Brilla, el tiempo está bien.)

John Lennon- 1966-

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La lluvia quiso robarse el protagonismo la noche del quincuagésimo octavo onomástico de Carlos Alberto García Moreno. La noche de su retorno tras una larga etapa de internaciones, desintoxicaciones y recuperación. La lluvia no pudo. Y eso que treinta minutos antes de que empezara el show empezó a golpear con dureza a los 40 mil fans que quisieron estar junto al artista.

Al caer la tarde, el estadio de Vélez se iba llenando de a poco. En las inmediaciones, unos cuantos oportunistas se hacían la América vendiendo pilotos para la tormenta. Las colas mostraban a padres e hijos juntos para ver la resurrección del más grande cantautor del rock nacional. La pregunta de casi todos era: "¿Cómo estará Charly?". Y Charly estuvo bien. Muy bien. Estuvo fantástico. Esta vez cantó cuando tuvo que cantar y tocó cuando tuvo que tocar. La sempiterna princesa vocal Hilda Lizarazu lo apoyó desde los coros, sin tener que suplantarlo en la primera voz, como solía ocurrir en tiempos más ingratos.

Tarda un rato en salir Charly García. Previo al show, se ve a los plomos correr de un lado a otro. La lluvia causó estragos en la puesta que había diseñado Pichón Baldinú (ver aparte). A las diez menos cuarto se apagan las luces y suena "Operación densa", del disco Pubis Angelical. García sale y arremete con "El amor espera" y "Rap del exilio". El sonido no ayuda. Su ecualización le quita brillo y está demasiado bajo de volumen como para superar a un público que corea y a la tormenta que arrecia. Después mejorará, pero nunca alcanzará niveles óptimos. Mientras, Charly está calentando motores, que realmente se encienden con "No soy un extraño" y "Cerca de la revolución". El recital, concentrado mayoritariamente en los que, para muchos, son sus cuatro mejores discos ("Yendo de la cama al living", "Clics modernos", "Piano bar" y "Parte de la religión") ofrece "No te animás a despegar", "Demoliendo hoteles", "Promesas sobre el bidet" y "Adela en el carrousel" con los agregados de "Fanky" (una perla de Cómo conseguir chicas) y "Chipi chipi", de La Hija de la Lágrima.

El público le canta el feliz cumpleaños a García. Charly toma el micrófono y dispara: "Quiero presentarles a mi maestro y mi ídolo: Luis Alberto Spinetta". El Flaco sube ovacionado y los dos grandes se abrazan. Se tardan unos segundos (eternos) en conectar la guitarra de Luis Alberto y juntos interpretan "Rezo por vos", tema del que hace más de dos décadas grabaron juntos una versión. La emoción que embarga al estadio es indescriptible, mientras ellos escriben una nueva página de nuestro rock, esta vez, bajo un diluvio. "Say no more es impermeable". bromea Charly. Y tiene razón.

La gente aguanta estoica el temporal. Algunos buscan un poco de alivio ingresando a los pasillos del estadio. Charly gana la pulseada al clima a medida que pasa el show. Suena "Yendo de la cama al living" y desempolva, de ese mismo disco, una gema: la "Canción del 2 x 3". Es un momento introspectivo y emotivo, que se extiende con "Llorando en el espejo", un clásico de Seru Giran, del cual, quien conoce la vida (y obra) de García, puede reconocer la implicancia de la letra. Después sonarán "Raros peinados nuevos", de Piano Bar, y "Pasajera en trance", de Tango, ese extended play (tal como se lo llamaba en la época de su aparición) hecho en colaboración con Pedro Aznar, disco del cual García interpretará luego una excelente versión de "Hablando a tu corazón".

Con "Me siento mucho mejor" y "Buscando un símbolo de paz", Hilda Lizarazu demuestra por qué es la mejor cantante del rock argentino. Aporta todo su carisma, pero también su sapiencia en unos coros que se transforman en un dúo con el bicolor. El Negro García López (guitarra), el Zorrito Quintiero (teclados) y el trío de músicos chilenos Kiushe Hayashida (guitarra), Carlos González (bajo) y Tonio Silva Peña (batería) se amalgaman con solidez. Con "No voy en tren" parece que el show acaba pero no es así. Después de un rato, García vuelve al escenario con "Deberías saber por qué" (su promocionado nuevo tema) y "No toquen", apertura del disco Cómo conseguir chicas. Se va y retorna nuevamente con "Nos siguen pegando abajo" y "No me dejan salir". El público pide más. García cumple y regala, con las luces del estadio ya prendidas, otra gloria escondida: "No se va a llamar mi amor" (¿hace cuanto que no la hacía en vivo?). Ahí sí, es la despedida.

Es hora de un largo camino a casa, matizado con algún café hirviendo para paliar el frío y el agua helada que cala los huesos. La sensación que queda flotando en el ambiente es que la verdadera dimensión de lo disfrutado se terminará de revelar y valorar con el tiempo, al repasar en la memoria una y otra vez esta noche mágica en la que Charly enterró a sus demonios, le ganó a la lluvia y volvió a demostrar su inoxidable vigencia con un show de alto vuelo.

SIN EFECTOS ESPECIALES

NU recibió en la madrugada del sábado un comunicado de parte de los agentes de prensa del recital, detallando, entre otras cosas, algunas propuestas escénicas que no pudieron ser llevadas a cabo por el clima. Lo transcribimos textualmente:

"Los efectos y puesta de Pichón Baldinú no se pudieron realizar en su mayoría:
– Una mujer volaba sobre el escenario
– Una rampa se elevaba y sobre ella aparecía García. Y durante el show subían y bajaban cosas de escena
-No se pudieron poner las pantallas laterales x el viento
– La pantalla central se embolsó con el temporal y nunca se pudo volver a subir
– Las entradas vendidas: 40.000
– Hubo un cartel de Crónica que anunció durante horas que el recital se suspendía, eso convenció a gran parte del público de que el show no se hacia. Inclusive, mucha gente no entró al estadio por la lluvia cuando se dio puerta. Cerca de 6.000 personas compraron el ticket y no ingresaron."

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