Si el observador neutral se deja llevar por la primera impresión, la imagen de una inocente muñeca rusa acapara la visión del espectador. La belleza artesanal de la mamushka o matrioska, tal su nombre de origen en la Rusia de 1890, esconde lo verdaderamente esencial del preciado objeto. Lo central en estas coloridas muñecas es que en su interior albergan una nueva muñeca, y ésta a su vez a otra, y ésta a su vez otra, en un número que varía y que por lo general puede ir desde cinco hasta veinte. El proceso sorpresivo de ir descubriendo una nueva figura a medida que se abandona la anterior es una de las posibilidades para describir de una manera sencilla y clara lo que sucede en el caso del espionaje porteño que nació a partir de las escuchas ilegales realizadas por el ex integrante de la Policía Federal, Ciro Gerardo James.
A medida que la investigación judicial que encabeza el juez federal Norberto Oyarbide avanza, dando a conocer nuevos datos del enmarañado suceso, una inesperada mezcla de asombro y estupor embarga a los que siguen la causa desde una perspectiva totalmente subjetiva. Sin embargo, las consecuencias políticas de los descubrimientos no son para nada imparciales y hasta parecen seguir un determinado camino prefijado de antemano.
?Van por el jefe de Gobierno de la Ciudad, Mauricio Macri. Hacia ese objetivo se encamina la pesquisa de Oyarbide y el dato que lo confirma es la indagatoria y detención del ex jefe de la Policía Metropolitana, el comisario Jorge ?el Fino? Palacios. Lo del llamado a indagatoria era previsible, pero el mantenerlo encerrado no tiene lógica, si no se tratara de mandar un mensaje hacia la esfera política de la administración capitalina. La ecuación que realiza el magistrado es elemental; como es de público conocimiento, Palacios mantenía una antigua relación con el ingeniero, desde hace años y este último le había dado absoluta libertad para armar la nueva fuerza. O sea que para el Fino su superior era Macri y no el ministro de Justicia y Seguridad porteño, Guillermo Montenegro, que no tuvo nada que ver en la elección del líder de la institución que se estaba creando y eso determinaba que el policía sólo le debía rendir cuentas de sus actuaciones al jefe comunal, sin pasar por ningún intermediario. O sea que si Palacios era el jefe de una estructura que se dedicaba, en gran escala, como cree la Justicia, a realizar escuchas ilegales a políticos, sindicalistas, empresarios y personalidades varias, el Jefe de Gobierno debería estar, como mínimo, enterado de algunos de estos hechos, debido a que el comisario era un subalterno suyo y debía darle precisiones de sus actividades. Siguiendo esta argumentación, lo más probable es que Oyarbide llame a indagatoria a Macri?, le confesó a Noticias Urbanas un integrante del Poder Judicial que trabaja en los tribunales federales de Comodoro Py y cuya oficina está muy cerca de la del juez de la causa.
OPERACIÓN DESGASTE
Ante el relato realizado por la fuente tribunalicia, la sorpresa se instala como el primer sentimiento. A pesar de ello, no hay nada descabellado en el planteo que parece guiar los pasos de Oyarbide, si se toma en cuenta lo realizado por el magistrado hasta el momento. ?Los movimientos del juez federal en el caso del espionaje telefónico siempre estuvieron direccionados hacia la dupla Palacios-Macri como los culpables del hecho. Aunque muchas veces los datos obtenidos no llevaran a esa dirección y se cometieran ciertas desprolijidades en la investigación. Por ejemplo, todavía nadie explicó el motivo por el cual el Fino le ordenó a James pinchar los teléfonos del empresario Carlos Ávila, de dos importantes directivos de Coto, del abogado Ignacio Castex y del cuñado de Macri, Néstor Daniel Leonardo. Además, el dato de que los investigadores que rodean a Oyarbide son integrantes de la Secretaría de Inteligencia del Estado (SIDE) y de la Federal, enemigos acérrimos del nombramiento de Palacios al frente de la Metropolitana, tiñen de parcialidad los datos valorados por el magistrado. El último dato que se agrega a esta lista se encuentra en el allanamiento que los ?federicos? encabezados por el juez realizaron el martes en las oficinas de Maipú al 200, donde funciona la empresa Security Consulting, una asesora en temas de seguridad, propiedad de Palacios, donde había una PC cuyo código de entrada era la palabra ?Osvaldo? supuestamente por el ex jefe de la Metropolitana y ex segundo del Fino, Osvaldo Chamorro, que contenía informes financieros y comerciales del jefe de Gabinete porteño, Horacio Rodríguez Larreta, y los legisladores de la oposición Silvia La Ruffa (Identidad Porteña), Gonzalo Ruanova (Espacio Plural) y Diana Maffía (Coalición Cívica). Cabe aclarar que estos informes eran algo que se puede conseguir con relativa facilidad por internet y estaban lejos de ser un trabajo sesudo de inteligencia o un delito, como bien lo aclaró el propio Montenegro, luego de enterarse del suceso?, expresó ante este semanario un especialista vernáculo en tareas de espionaje al enumerar los cabos sueltos de la pesquisa liderada por Oyarbide.
Sin embargo, para el magistrado, la evidencia hallada marca un camino que apunta hacia el poder político porteño y la dureza de las acusaciones que le realizó a Palacios, cuando lo indagó el miércoles de esta semana, avalan esa teoría.
CON LOS TAPONES DE PUNTA
La suerte del Fino cambió con la rapidez de un rayo eléctrico. El martes por la tarde, el fiscal federal que investiga el atentado a la sede de la AMIA, Alberto Nisman, le pidió al magistrado la detención e indagatoria de Palacios, acusándolo de ?violación a la intimidad, abuso de autoridad y falsificación de documentos públicos?. Todo esto tenía su origen en el pedido realizado por la defensa del dirigente judío de la agrupación de Familiares y Víctimas del Atentado a la AMIA, Sergio Burstein, quien había sufrido una escucha ilegal perpetuada por James a instancias del ex jefe de la Metropolitana. Según los argumentos de los letrados de Burstein, su cliente había sido escuchado ilegalmente en la época en que era uno de los principales referentes públicos de la campaña que pedía la renuncia del comisario al frente de la nueva fuerza. Además, el escrito presentado a la Justicia exigía la detención e indagatoria del ministro de Educación capitalino, Mariano Narodowski, y la de Chamorro. A la cual podrían sumar luego a Guillermo Montenegro. En la misma noche del martes, Palacios ya había sido detenido y se encontraba alojado en dependencias de la Comisaría 46 del barrio de Retiro a la espera de ser indagado. La celeridad con la que actuó el juez para detener al comisario resultó ?llamativa? para los allegados más cercanos a Mauricio Macri. Estos mismos se alarmaron aún más por el tenor del interrogatorio que al día siguiente el magistrado le realizó al Fino, haciendo suyos los duros argumentos que la defensa de Burstein le endilgaba al ex ?federico?.
El estupor fue total cuando se conoció que Oyarbide había negado un pedido de excarcelación que el defensor de Palacios, Diego Richards, un ex secretario de la Corte Suprema de Justicia, había presentado por escrito. ?El argumento dado a conocer por el magistrado no resiste el menor análisis, ya que afirma que la negativa de otorgarle la libertad reside en la peligrosidad que tendría el acusado para entorpecer la investigación en curso, si estuviera libre. Algo que los hechos demostraron como falso, ya que desde que se inició, hace bastante tiempo, el denominado caso James, el Fino jamás realizó actividad alguna para entorpecer la marcha de la Justicia, a pesar de las acusaciones que se lanzaban en su contra. Eso hace pensar que la decisión de Oyarbide tiene una clara motivación política que pretende perjudicar al macrismo?, protestó ante NU un letrado que trabaja en la defensa del ex capo de la Metropolitana, luego de enterarse del rechazo a la excarcelación.
Para los políticos PRO, la falta de imparcialidad del juez quedó reflejada la semana pasada cuando el cuñado de Macri fue atacado a tiros por dos sujetos en la puerta de su domicilio en Ituzaingó. Luego de hablar con su hermana, el ingeniero destacó que se trató de un hecho de inseguridad más. Sin embargo, Oyarbide salió al cruce de estas palabras al afirmar: ?Me parece desproporcionado salir a decir, como lo he escuchado al Jefe de Gobierno, que era un hecho de violencia común, un hecho más?, no descartando que tuviera algo que ver con el caso del espionaje, hipótesis que luego fue rechazada por el propio familiar de Macri.
LOS AMIGOS DEL JUEZ
Néstor Mario Oyarbide nació en Concepción del Uruguay (Entre Ríos) y vive con su madre, Isidora del Carmen en un departamento de la Recoleta. A los 25 años inició su carrera judicial como auxiliar, hasta que en 1986 fue contratado por la Escuela Superior de la Policía Federal para enseñar la asignatura Actualización Jurídica. Para los conocedores del mundillo judicial, este trabajo marcó su futuro, ya que allí nacieron sus estrechos lazos con la fuerza, ?la que finalmente se transformó en un respaldo de fierro para su designación en 1994 como titular del Juzgado Federal Nº5. En su despacho cuelgan como muestra las condecoraciones de su paso por la escuela policial. Otro dato que confirma la cercana relación entre el magistrado y los federales lo dio a conocer el ex ministro de Economía, Domingo Cavallo, en 1997, cuando afirmó que el ex titular de la cartera de Interior, Carlos Vladimiro Corach, le había asegurado que ?Oyarbide contaba con el respaldo de la Federal?. Según una importante fuente del macrismo, estos datos les servirán para realizar un duro ataque contra el juez, acusándolo de parcialidad en el manejo de la causa, además de intentar ligarlo con el matrimonio presidencial. Ante esa amenaza para el futuro cercano, la batalla judicial sólo deparará mayores e insospechadas consecuencias para los bandos en disputa.
(NOTA ORIGINALMENTE PUBLICADA EN EL SEMANARIO NOTICIAS URBANAS Nº 215, DEL 19/11/09).