Por medio del decreto 2134, que se publicó en el Boletín Oficial del 9 de enero pasado, Aníbal Ibarra, el jefe de Gabinete, Raúl Fernández, el secretario de Hacienda, Miguel Angel Pesce y el secretario de Medio Ambiente, Eduardo Ricciutti, concretaron la prórroga de los contratos más importantes que tiene el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, los de la basura.
Los contratos, que duraban cuatro años y que vencían el 31 de enero próximo, abarcan la limpieza de cuatro de las cinco zonas en las que se divide la ciudad, ya que en la quinta zona es el propio Gobierno el que se ocupa de hacerlo.
A causa de esta polémica decisión, las empresas CLIBA, AEBA, SOLURBAN y Eco Hábitat se vieron beneficiados con una medida incomprensible. Esta última calificación viene a cuento porque en junio de 2001 NOTICIAS URBANAS entrevistó al actual secretario de Medio Ambiente, Eduardo Ricciutti, cuando aún era el subsecretario del área. En ese momento, Ricciutti estaba a cargo de una comisión que debía confeccionar los pliegos de la licitación, acompañado por cinco funcionarios más. Ricciutti prometió entonces que a fines de julio iba a estar listo un borrador del pliego y que en octubre se iba a estar llamando a licitación.
Finalmente ni los pliegos estuvieron listos en julio, ni la licitación se realizó en octubre, en tanto que se sabe que no habrá nuevas empresas comenzando sus tareas en los primeros días de febrero. Aún así, una cosa es segura: cuatro años es un tiempo más que suficiente para diseñar una licitación. La tardanza debe obedecer, entonces, a alguna otra razón que las autoridades no tuvieron la deferencia de informarle ni al pueblo ni a la prensa.