A ocho meses de finalizar los mandatos de seis consejeros de la Magistratura porteña (los representantes por la Legislatura y de los abogados) el organismo encargado de administrar al Poder Judicial de la Ciudad sufrió fuertes movimientos. Dos consejeros por el estamento de los jueces renunciaron: Mabel Daniele y Gabriel Vega. Sus reemplazantes, Patricia López Vergara y Santiago Otamendi, asumieron con energía y objetivos muy claros. Los empleados judiciales iniciaron un plan de lucha en reclamo de mejoras salariales con medidas de fuerza incluidas. Y tanto desde el Ejecutivo como desde el propio Poder Judicial, el interés para que cuanto antes se cubran los cargos creados con la modificación de la Ley 7 (nueve jueces contenciosos y 30 fiscales y defensores) metió la presión que faltaba para que el Consejo saliera de su rutinaria calma y generara un cambio de actitud.
En este marco, días atrás se designaron nuevas autoridades. El Consejo quedó presidido por primera vez desde su creación por una figura identificada con el peronismo. Teresa Moya dialogó con Noticias Urbanas: explicó los motivos de su nombramiento como presidenta del Consejo y adelantó el camino que intentará transitar hasta diciembre.
?¿A qué se debió el cambio de autoridades?
?Habíamos hablado entre los consejeros que para el último tramo se debía acordar alguna decisión para que pudiera hacerse algo como gestión. Con la incorporación de nuevos miembros y la preocupación por las demoras en los concursos y ampliaciones presupuestarias para otorgar aumentos salariales, pensamos que era el momento oportuno para hacer cambios. Mauricio Devoto llevó el Consejo con todo empeño, pero las circunstancias han hecho que siempre el Consejo se viese postergado en materia presupuestaria frente al Ministerio Público en sus tres áreas y el Tribunal Superior. Nosotros veíamos, y los jueces así nos lo comunicaban, que se necesitaba un poco más de ímpetu para efectuar nuestros reclamos.
?Y buscando más ímpetu eligieron a alguien que represente a la oposición, más precisamente, al peronismo.
?Yo abiertamente comulgo con la idea justicialista y tengo muchísima antigüedad de militancia en el PJ, pero en el Consejo no es un tema de ideología opositora, no se trata de un enfrentamiento con el gobierno macrista. Simplemente se trata de defender los postulados de la autonomía del Poder Judicial, la cual se expresa no sólo con la selección de jueces de forma autónoma o el manejo de las cuestiones disciplinarias, también ejerciendo una administración autónoma. En ese sentido, soy autora de un proyecto de ley para establecer la autarquía financiera del Poder Judicial, estipulando un 3,5 por ciento del presupuesto general de la Ciudad como piso para toda la Justicia. Estar permanentemente consensuando el gasto con el Ejecutivo y que luego el Legislativo lo apruebe es un desgaste y una incertidumbre muy grande.
?Entre lo pendiente no sólo están las ampliaciones presupuestarias para otorgar aumentos salariales, también hay concursos para designar jueces contenciosos. ¿Tienen resuelto realizarlos?
?De parte del Consejo hay voluntad política. Lamentablemente, la Legislatura todavía no ha cumplido con la tarea de enviarnos la lista de expertos para la conformación de los jurados. Por respeto a otro poder hemos suspendido el sorteo de jurados hasta tanto la nueva conformación del Parlamento nos envíe sus candidatos. En cuanto nos los remitan se iniciará la convocatoria a los concursos. Esperamos que no se demoren demasiado.
?¿Todavía es posible concluir los concursos antes de fin de año?
?Se realizó una reforma al reglamento de concursos que agiliza muchísimo las etapas. Establecimos un plazo aproximado de seis meses para la conclusión de los concursos realizando un examen escrito claro y preciso y no tan largo como antes, lo que reduce mucho el tiempo de corrección. Si no los concluimos, al menos los dejaremos muy avanzados.
?Para realizar los concursos no sólo se necesita voluntad política, sino también presupuesto. ¿Cómo está esa situación?
?Esta es una gran preocupación. Se necesita plantear el impacto económico, por un lado de la movilización de los concursos y fundamentalmente de sus resultados: lugar físico, empleados y equipamiento. Ojalá podamos obtener del patrimonio de la Ciudad algún inmueble que pudiese servir para los nuevos juzgados. Ha habido charlas con el Ejecutivo, pero ya sabemos que en materia edilicia nos vamos a tener que abocar a la búsqueda de inmuebles en alquiler, la compra es poco probable.
?¿Hacer un concurso es caro?
?Eso lo debatimos mucho porque no hay una dimensión del tema. Algunos proponían la idea de parcializar los concursos: si se trata de nueve juzgados, hacer primero tres y luego otros tres y otros tres. Pero eso es multiplicar los gastos que de por sí son bastante fuertes. A los jurados hay que pagarles; se les paga un porcentual sobre la base del sueldo de un camarista. También están los edictos, las publicaciones en los diarios realizando las convocatorias, que son cada vez más caras. La idea es hacer un solo concurso por función. Mi idea incluso es sumar la vacante dejada por el juez Treacy (quien migró a la Justicia nacional) a los nueve juzgados nuevos. También hay que cubrir la vacante en la Cámara tras el fallecimiento de Russo. En fiscales, defensores y asesores tutelares escucharemos las propuestas de Germán Garavano, Mario Kestelboim y Laura Musa.
?¿Las secretarías también se cubrirán por concurso público y abierto?
?Es un tema que aún lo estamos debatiendo. La Constitución de la Ciudad establece que los jueces deben ser designados por concurso público y abierto, pero el reglamento para las secretarías sólo habla de concursos, por lo que se está discutiendo si se harán de forma pública y abierta o de otra manera.
?¿Cómo ve la relación actual entre el Poder Judicial porteño y el Ejecutivo?
?Nosotros estamos preparados para el diálogo. Pudo haber algunos conflictos, pero hablando la gente se entiende. Hay que plantear la racionalidad de nuestras peticiones.
?En diciembre termina su mandato y vuelve a asumir como fiscal. Cómo es su relación con el fiscal general, Germán Garavano, siendo administradora del Poder Judicial que él también integra pero sabiendo que en unos meses volverá a ser su ?subordinada??
?Yo soy una fiscal de primera instancia en uso de licencia. Germán es un muchacho superlúcido. No comulgo con todas sus ideas pero eso lo digo ahora que soy consejera? después veremos (risas). o