El diputado radical Cristian Caram no tuvo mejor idea que pasar por el circuito televisivo interno de la Legislatura, previo al inicio de la sesión, una investigación realizada por Azul Televisión acerca de presuntas irregularidades que involucraban al diputado Víctor Santamaría en su actividad sindical ajena totalmente a su labor legislativa.
Apenas comenzada la sesión el aludido Santamaría pidió la palabra para decirle al cuerpo que más allá de la disconformidad con la maniobra realizada por su par aliancista, no tenía ningún problema en someterse a cualquier investigación que se quisiera realizar al respecto. Acto seguido, la diputada Vilma Ripoll de Izquierda Unida calificó la actitud de Caram como de "acción mafiosa", interpretando una supuesta venganza por el pedido de interpelación al secretario de Salud de la Ciudad, Aldo Neri que realizara el mismo Santamaría por el tema del Hospital Santojanni. La campaña electoral superaba por varios cuerpos a la labor legislativa a esta altura de la sesión.
Caram, quién noparece haber evaluado correctamente el alcance de su pillería, se justificó diciendo que la tecnología de la Legislatura – en alusión al circuito interno – está al alcance de cualquiera de los diputados y que todos podían hacer uso de él en cuanto lo desearan. Inmediatamente saltó Ripoll solicitando que se usara el mismo circuito para mostrar las irregularidades de las refacciones del Santojanni y el socialista Abel Latendorf -quién se dedicó en una época a filmar las sesiones-, propuso pasar las imágenes de las siestas y las risas de algunos de sus pares en el recinto.
Ante tanto ataque -y con todos los códigos rotos- Gabriela González Gass intercedió en defensa de su correligionario y le espetó a Latendorf que también se podía mostrar " la locura de algunos ".
Los diputados a esta altura no ahorraban epítetos unos hacia otros, hasta que un viejo lobo de estas lides como es Julio Crespo Campos sentenció a modo de advertencia "así empezó el Concejo Deliberante y miren como terminó ".
