El Puerto de la Ciudad de Buenos Aires seguirá en manos del estado nacional por mucho tiempo más, según se desprende de las palabras pronunciadas el viernes pasado por el interventor de la Administración General de Puertos, Ricardo del Valle, el secretario de Desarrollo Económico porteño, Eduardo Hecker, y los representantes de la actividad privada portuaria en el marco del seminario – debate "La Ciudad y el Puerto de Buenos Aires: hacia una integración competitiva".
Desde el primer momento, del Valle se dedicó a desalentar las expectativas de los hombres de Ibarra y de los legisladores que los acompañaban. Estos asistieron impotentes a afirmaciones de del Valle, tales como "transferir el Puerto de Buenos Aires es un proceso complejo y gradual, que requiere un cambio profundo de la administración del Estado nacional", una frase que sonó más a recurso dilatorio que a una exposición. Luego manifestó – en este mismo sentido – que este hecho "No significa solamente transferir dominio o jurisdicción. Es también transferir gestión".
Por su parte, Jorge Alvarez, presidente de la Cámara Naviera, le manifestó en forma exclusiva a NOTICIAS URBANAS que "vemos con preocupación, no con indiferencia, como dijo algún medio, el tira y afloje que existe entre el Gobierno porteño y el nacional con respecto al tema del dominio del Puerto. Hace algunos años, cuando el Gobierno nacional vetó el artículo 11 de la ley 24.093, por el cual se demoró la transferencia del puerto a la ciudad, hubo en Buenos Aires una absoluta indiferencia, que nos dio bastante temor. Posteriormente, cuando se hizo la Corporación del Puerto Madero, nosotros advertimos que se estaba disponiendo de un espacio, cuya ocupación podía asfixiar al puerto. Se creó un espacio de circulación que debía haber sido reservado. Allí prevalecieron, indudablemente, intereses urbanísticos e inmobiliarios".
Finalmente, Alvarez dijo que "el gran problema es cómo se va a administrar el puerto y cómo se va a relacionar con la Nación y con las 35 jurisdicciones que existen."
Ayer, transitando por la ruta del declaracionismo, – como lo suele hacerlo últimamente -, la Legislatura porteña votó favorablemente un Proyecto de Declaración de la diputada Irene López de Castro (Acción por la República), solicitando a las autoridades que aceleren los trámites para agilizar el traspaso del puerto a la ciudad. La diputada Alicia Pierini (FREJU) manifestó que "la transferencia del puerto no sólo es una parte de la construcción de la autonomía porteña, sino que debe ser parte de un proyecto estratégico. Debemos saber para qué queremos el puerto. La construcción de la autonomía es una tarea que exige menos palabras y más acciones".
"El Puerto de Buenos Aires es una puerta de ingreso al país, – continuó Pierini – no sólo una puerta de ingreso a la Ciudad. Por eso hay que armonizar los intereses de la ciudad con los intereses nacionales".
Tanto en la Legislatura como en el Gobierno nacional y en el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, los discursos arrecian y lo que falta son hechos, ¿qué otra cosa puede decirse sino del hecho de que la Administración General de Puertos siga existiendo después de que el decreto 817, de 1992, le ordenó disolverse?.