La determinación del jefe de Gobierno porteño, Aníbal Ibarra, de descabezar la Obra Social de la Ciudad de Buenos Aires (OSBA), recibió la adhesión de la Defensora del Pueblo, Alicia Oliveira, quien señaló que "apoyamos que se cambie la conducción de esta obra social que era un verdadero desastre, con el consecuente sufrimiento de los afiliados".
Ibarra venía pensando esta movida desde hace tiempo, pero decidió ponerla en practica durante los días previos a las elecciones, presionando a todos los miembros del directorio para obtener sus renuncias. Luego, Ibarra decidió interinamente nombrar al frente de la obra social al ex marido de la senadora electa Vilma Ibarra, Mario Gygli, quien se desempeñaba como gerente general.
Con una deuda de alrededor de $140.000.000 y obligaciones de pago por $2.500.000 mensuales al Banco de la Ciudad y al Banco Francés, la OSBA se convirtió en un dolor de cabeza para Ibarra. Esta obra social recibe el aporte de 250.000 afiliados, que, según Oliveira, no recibían una digna atención.
Oliveira venía exigiendo la intervención desde hace tiempo, pero a partir de la intervención que se avecina también expresó que "estaré muy atenta para que se realicen los cambios necesarios y vuelva a ser digna la prestación de esa obra social a sus afiliados".